La Fed, poder central de la economía estadounidense, cumple 100 años

La Reserva Federal estadounidense vigila la buena marcha de la coyuntura del país. Sus decisiones son capaces de influir en la economía mundial, pero la institución que celebra el lunes 100 años de su nacimiento, es también blanco de numerosas críticas.

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Imagen del edificio de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Cuando el entonces presidente estadounidense Woodrow Wilson creó la Reserva Federal (Fed), el banco emisor del país, el 23 de diciembre de 1913, ya habían fracasado dos proyectos similares anteriores.

En 1791, el Congreso fundó el "First Bank" (Primer Banco) de Estados Unidos, pero la creación de un banco central era un asunto tan controvertido, que provocó el surgimiento de frentes políticos en el gabinete del primer presidente del país norteamericano, George Washington.

Y fue así como de repente, los estadounidenses no sólo tuvieron un banco emisor, sino también un sistema político bipartidista.

El controvertido experimento finalizó tan sólo 20 años después, pero fue repetido en 1816, para contener una inflación imparable. Sin embargo, el "Second Bank" no logró sobrevivir ni siquiera dos décadas.

El presidente Andrew Jackson ya no lo quería por considerarlo elitista. "Si las leyes logran hacer más ricos a los ricos, más poderosos a los poderosos, entonces los miembros más humildes de la sociedad, los campesinos, mecánicos y trabajadores tienen el derecho de quejarse de las injusticias de su Estado", argumentó.

El intento número tres, la actual Fed, posiblemente ya no debe temer más por su existencia. Es considerado el banco emisor más poderoso del mundo, es indispensable para la mayor economía del planeta y además cuenta en su haber algunos éxitos en su siglo de existencia.

Por ejemplo: tuvo que guiar la economía del país durante la Gran Depresión, además de atravesar guerras y más de diez recesiones. En gran parte independiente de la política, controla y regula los bancos y tiene influencia sobre las condiciones para la concesión de créditos. Sus objetivos principales son garantizar una alta ocupación laboral y la estabilidad de los precios.

Siete miembros de la Junta de Gobernadores, designados por el presidente de Estados Unidos para un mandato de 14 años, así como los directores de 12 bancos emisores locales tienen, con su política monetaria, el destino de la coyuntura estadounidense en sus manos.

Pero la cara visible de la Fed es su presidente. Nombres como Paul Volcker (1979-1987), Alan Greenspan (1987-2006) y Ben Bernanke (desde 2006) no son conocidos sólo entre los economistas. Los tres tuvieron que enfrentar sus propias crisis y economistas e historiadores debaten sus logros. Y a comienzos de 2014 Janet Yellen será la primera mujer que asumirá la presidencia de la Fed.

Pero el banco emisor no es inmune a las críticas: su intervención tras el "martes negro" de 1929 en Wall Street fue considerada por muchos insuficiente. Durante el mandato de Volcker, el aumento de las tasas de interés como forma de combatir la inflación arrastró al país a una recesión en 1980.

A Greenspan se lo acusa no sólo de haber ignorado la burbuja inmobiliaria que en 2007 causó la crisis financiera más grave desde la Segunda Guerra Mundial, sino también de haberla fomentado. Y Bernanke se enfrenta a las críticas por una reacción desproporcionada a la crisis al aplicar su política de dinero ultrabarato.

Al igual que ocurriera con el "First Bank" y el "Second Bank", hay suficientes estadounidenses a los que les gustaría suprimir cuanto antes la Fed. Por pedido de algunos republicanos, el año que viene la Fed será sometida a una amplia evaluación por parte del Congreso de Estados Unidos.

Actúa "sin reglas, sin ninguna responsabilidad", se queja el declarado crítico del banco emisor Rand Paul. "El pueblo estadounidense tiene derecho a saber qué hace la institución con la oferta de dinero de este país", escribió el senador en un comentario publicado en un diario. "La Reserva Federal debe ser revisada".

Sin embargo, la Fed reacciona con serenidad ante estos ataques. "En cualquier caso estamos dispuestos a trabajar con el Congreso si hay algo que creen que se puede hacer mejor o con más efectividad", dijo Bernanke.

Y no pudo evitar una indirecta para los opositores. Los políticos deben entender que se trata de una profesión muy antigua, que todo gran país tiene un banco central y que hay muchos expertos, indicó. Por eso, Bernanke espera que el Congreso envíe a alguien que sepa del tema para la evaluación.