El productor de las máscaras N95 y de respiradores, radicado en St. Paul (Minnesota, EE.UU.), logró una facturación de 8,851 millones entre enero y marzo, lo que supone un 9.6 % más respecto a ese tramo del ejercicio anterior.
Por áreas de negocio, la más destacada fue la de Seguridad e Industrial, con un crecimiento de ventas del 13.7 % interanual, hasta los 3,300 millones, gracias a los productos de "seguridad personal", los adhesivos industriales y los componentes abrasivos, entre otras cosas.
También tuvo incrementos de ventas en Transporte y Electrónica (13.1 %, hasta 2,500 millones); en Cuidados de Salud (6.8 %, hasta 2,200 millones) y Consumidores (9.8 %, hasta 1,400 millones).
El consejero delegado de 3M, Mike Roman, explicó que la firma ha experimentado un crecimiento orgánico generalizado y que está "acelerando su transformación digital y sus esfuerzos de sostenibilidad" con nuevas metas para mejorar la calidad del aire y del agua.
Recientemente, el conglomerado ha anunciado planes para invertir 1,000 millones en los próximos 20 años con el objetivo de lograr ser neutral en emisiones de carbono en 2050, reducir el uso del agua en un 25 % en sus instalaciones en 2030 y purificar el agua que usa.
"Aunque permanece la incertidumbre relacionada con la covid-19, nos centraremos en generar crecimiento, continuar con las tendencias favorables de los mercados, mejorar el rendimiento operacional y cumplir con los clientes y accionistas", agregó.
Los resultados de 3M fueron mejores de lo esperado por los analistas pero sus acciones bajaban en torno al 1 % en las operaciones electrónicas previas a la apertura de Wall Street. Desde el comienzo del año, la firma se ha revalorizado un 14 % en bolsa.