Guterres se dirigió hoy a líderes y ministros de 18 países en una mesa redonda de alto nivel con la que ha culminado un proceso de ocho meses de debates regionales en Naciones Unidas para tratar de lograr que se gestione el sector de manera sostenible, inclusiva e igualitaria.
"El sector de la extracción, que opera en la crucial confluencia de recursos, ecosistemas y personas, tiene un rol esencial que jugar en el progreso de la sostenibilidad y la equidad", declaró el diplomático luso, que vio en estas actividades una "oportunidad" para el desarrollo sostenible.
Muchos países en desarrollo dependientes de la extracción de recursos minerales enfrentan severos déficits fiscales debido a la pandemia y han retirado salvaguardas sociales y medioambientales para atraer inversiones e impulsar sus economías a corto plazo, advirtió la ONU en un comunicado.
A ese respecto, la producción de litio, grafito, manganeso, cobalto y otras materias primas necesarias para la "revolución de las renovables y las energías limpias" podría "incrementarse casi un 500 % hasta 2050" pero también generar emisiones asociadas a su uso de energías fósiles.
Guterres destacó el potencial del sector para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, y por otro lado su relación con graves problemas, desde la corrupción, la explotación y el racismo hasta la degradación medioambiental, el desplazamiento de la población y las violaciones de los derechos humanos.
El jefe de Naciones Unidas ofreció varias conclusiones, comenzando por la necesidad de "mejora en la gobernanza de los recursos" a través de unas normas y aplicación más efectivas en las que se haga seguimiento por parte de organismos independientes, incluyendo a la sociedad civil y los pueblos indígenas.
"El sector puede evitar exacerbar las desigualdades garantizando la distribución justa de los beneficios del desarrollo de las industrias de extracción, en línea con el derecho al desarrollo. Esto es especialmente importante en cuanto a los nuevos minerales y metales de los que depende la revolución tecnológica", explicó.
Guterres, en ese sentido, consideró que los países deben diversificar su base de ingresos para que esta no dependa de esas industrias extractivas y, a la vez, integrarlas en los principios de la economía circular y hacer que contribuyan a la inversión en los servicios públicos nacionales.
Además, dijo, toda financiación pública y privada en ese sector "debería estar alineada con los objetivos de desarrollo sostenible y el Acuerdo de París", lo que implica "desplazar los subsidios del combustible fósil a la energía renovable" y "mitigar los impactos" resultantes sobre las poblaciones pobres y marginalizadas.
Así, urgió a bancos de desarrollo, al Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones a apoyar una "transición justa" en los países que son dependientes de los combustibles fósiles, más de 80 en el mundo, y a establecer una mayor coordinación regional y global para gestionar los "shocks".
La ONU ha invitado a los estados miembros a formar un grupo de trabajo sobre las Industrias de Extracción para liderar esos esfuerzos de transformación que las hagan contribuyentes al desarrollo sostenible y para implementar los resultados de esta iniciativa a nivel nacional.