Lagarde insiste en una meta de inflación del 2 % sin abordar la política de tipos

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ofreció un discurso este lunes en Nueva York en el que evitó pronunciarse sobre la política de tipos de interés de la entidad, y posteriormente insistió en que la meta sigue siendo llevar la inflación al 2 %.

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Foto de archivo de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ

Lagarde fue invitada al Council on Foreign Relations en el marco de unas conferencias sobre economía internacional para hablar del papel de los bancos centrales en un mundo cada vez más fragmentado, una situación que, según advirtió, podría incrementar la inestabilidad y multipolaridad.

Aunque había expectativas sobre alguna novedad sobre la trayectoria de los intereses en Europa, solo se refirió al asunto en el turno de preguntas, en el que dijo que las subidas son necesarias para luchar contra la inflación y citó los datos recientes como prueba de su funcionamiento.

"No digo que sea solo gracias a la política monetaria (pero), los precios del petróleo han bajado significativamente y los cuellos de botella se están aliviando, esto también ha tenido efecto, pero una cosa va con la otra", agregó.

Acto seguido, preguntada por su opinión sobre si la meta de inflación del 2 % a medio plazo del BCE y otros bancos centrales es arbitraria, dijo que "no hay razón" para cambiarla. "Una vez lleguemos ahí y estemos seguros de que se mantiene ahí, podemos discutirlo", afimó, sin extenderse.

También reconoció que las subidas de los intereses benefician a los bancos pero tienen consecuencias sobre "la solidez de ciertos préstamos, las condiciones crediticias y las provisiones que deben hacerse", algo que "aún están explorando" los bancos centrales y las propias entidades.

En su discurso, Lagarde se centró en el "periodo de cambios" recientes que ha atravesado la economía global con la pandemia, la guerra de Rusia contra Ucrania y la rivalidad entre EE.UU. y China, y que está llevando a una fragmentación que, advirtió, podría reducirse a "dos bloques".

"Podríamos ver dos efectos profundos en el entorno de política de los bancos centrales: primero, más inestabilidad a medida que decae la elasticidad del suministro global; y segundo, más multipolaridad a medida que siguen creciendo las tensiones geopolíticas", dijo.

Lagarde señaló que un estudio reciente basado en datos desde 1900 concluyó que "los riesgos geopolíticos llevan a una inflación más alta, una actividad económica más baja y una caída en el comercio internacional".

Agregó que análisis del BCE sugiere que "se pueden esperar resultados similares en el futuro", y advirtió que si las cadenas de valor global se fragmentan en torno a las líneas geopolíticas, los precios al consumidor a nivel global se podrían incrementar en torno al 5 % a corto plazo y el 1 % a largo.

Insistió en que estos cambios hacia un mundo multipolar hacen prever también cambios en el panorama de los bancos centrales, por lo que reivindicó una unión europea de los mercados de capital, que consideró importante para mantener el euro como una divisa líder.