Lagarde pide una respuesta de política fiscal y no tranquiliza a los mercados

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, pidió hoy a los gobiernos de la zona del euro una respuesta de política fiscal "ambiciosa y coordinada para apoyar las empresas y los trabajadores en riesgo" por la pandemia de coronavirus, pero no logró tranquilizar a los mercados con las medidas aprobadas.

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El BCE decidió mantener los tipos de interés en la zona del euro, una decisión que fue unánime según Lagarde, por lo que reconoce que una bajada no hubiera servido de mucho.

También aprobó comprar más deuda y garantizar suficiente liquidez en la zona del euro ante la pandemia, que ha causado el desplome de los mercados de valores de todo el mundo desde hace días.

Las medidas del BCE no han tranquilizado a los mercados y las bolsas europeas llegaron a caer un 10 % tras conocerlas, mientras el euro cayó dos centavos de dólar hasta 1.1130 dólares.

La entidad mantiene sin cambios los tipos de interés que cobra a los bancos por el exceso de reservas a un día (la facilidad de depósito), en el -0.50 %, aunque el mercado esperaba un recorte.

También mantiene los tipos de interés aplicables a las operaciones principales de financiación, que son las subastas semanales, en el 0 %, y las tasas que cobra a los bancos por prestarles a un día (la facilidad marginal de crédito) en el 0.25 %.

Además, el BCE va a comprar deuda adicional de la zona del euro por 120,000 millones de euros hasta finales de año, "asegurando una fuerte contribución" del programa de compras de bonos del sector privado.

También va conducir nuevas operaciones de liquidez a largo plazo temporalmente y mejorar las condiciones de las que ya había aprobado para que el sistema financiero tenga suficiente liquidez ante la crisis.

El BCE quiere "proporcionar un apoyo de liquidez inmediato al sistema financiero de la zona del euro, aunque no ve signos materiales de tensiones en los mercados de dinero, ni escasez de liquidez en los sistemas bancarios".

Con estas operaciones el BCE quiere apoyar "el préstamo bancario a los más afectados por el brote de coronavirus, especialmente a las pymes".

Tras la reunión, Lagarde consideró en rueda de prensa que los gobiernos y otras instituciones políticas deben actuar para afrontar el reto para la salud pública que supone la pandemia y mitigar el impacto económico.

La presidenta del BCE advirtió de que ahora el mayor riesgo para la economía es la pandemia y que "la inflación podría ralentizarse considerablemente los próximos meses".

"Desde nuestra última reunión del Consejo de Gobierno a finales de enero, la propagación del coronavirus (COVID-19) ha sido el principal impacto para las perspectivas de crecimiento de las economías global y de la zona del euro y ha aumentado la volatilidad en el mercado", según Lagarde.

La presidenta del BCE consideró que, "incluso, si es de naturaleza temporal, tendrá un impacto significativo en la actividad económica", en concreto, ralentizará la producción como resultado de la interrupción de las cadenas de suministro y reducirá la demanda nacional y externa.

Lagarde dio la bienvenida a la decisión del Consejo de Supervisión del BCE de decidir también bajar las exigencias de capital para los bancos de la zona del euro y permitirles que operen temporalmente por debajo de sus actuales requerimientos de capital.

El BCE exige que los bancos que reserven capital suficiente para cubrir pérdidas inesperadas y mantener su solvencia en caso de crisis, ahora reconoce que lo han hecho, pero quiere que sigan financiando a la economía real en esta crisis que ha causado un virus que transmiten los murciélagos y ha puesto en jaque al mundo entero.

El BCE va a permitir a los bancos usar instrumentos de capital adicional, que no forman parte del capital ordinario, y también podrán echar mano de las reservas de liquidez para afrontar la crisis por la pandemia del coronavirus.

Ante esta nueva situación, el BCE ha revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento para este año hasta el 0.8 % (1.1 % previsto en diciembre), hasta el 1.3 % en 2021 (1.4 % en diciembre) y hasta el 1.4 % en 2022 (invariable).

Estas proyecciones prevén un crecimiento débil sobre todo en la primera mitad de este año al que seguirá "una mejora en la segunda mitad", dijo Lagarde.

Asimismo, el BCE prevé ahora una inflación del 1.1 % este año, del 1.4 % en 2021 y del 1.6 % en 2022, sin variación respecto a los pronósticos de diciembre.