La entidad financiera reportó una facturación acumulada de 59,755 millones, un 23% más alta a nivel interanual y con la que marca un récord, que atribuyó al crecimiento de su cartera de clientes y a unos gastos relativamente estabilizados.
Además, debido a la recuperación económica, la firma ha reducido notablemente sus provisiones para hacer frente a pérdidas crediticias, un montante que ha pasado de 761 millones en 2020 a 4 millones al final de 2021.
En el cuarto y último trimestre, el más seguido por los analistas estadounidenses, Morgan Stanley ganó 3,969 millones de dólares, un 9 % más, con unos ingresos de 14,524 millones, un 7 % superiores.
Por negocios, el de gestión de inversiones facturó un 59 % más, hasta los 1,800 millones, gracias a la compra de Eaton Vance, mientras que el de gestión de riqueza ingresó un 10 % más, hasta 6,300 millones.
Su negocio institucional no fue tan boyante, sobre todo por el descenso del 31 % en la facturación de las operaciones de renta fija debido a "un entorno de 'trading' complicado".
A diferencia de sus rivales, la compañía mantuvo sus gastos por compensación a empleados sin apenas variación entre octubre y diciembre, aunque en el conjunto del año aumentaron un 18 %, hasta 24,628 millones.
Los resultados tuvieron una buena acogida en Wall Street y las acciones de la empresa subían un 1.19 % tras la apertura del mercado. En el último año, se ha revalorizado un 27 %.