Esta singular iniciativa busca lograr los objetivos para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas para 2030 a través de la vinculación con socios privados, "un gran hito" para la institución: "Es una ocurrencia insólita que un nuevo ente supranacional entre en el mercado financiero", indica Toschi en una entrevista en la sede de este organismo de Naciones Unidas en Roma.
PRIMER BONO DE DESARROLLO SOSTENIBLE
El FIDA ha logrado hoy la "primera colocación privada con un inversor asiático", después de que el pasado 8 de junio emitiese el primer bono de desarrollo sostenible con la empresa de seguros sueca Folksam y con valor de 100 millones de dólares, convirtiéndose en el primer Fondo de la ONU en entrar en el mercado de capitales.
Hoy se ha sumado la aseguradora japonesa Dai-ichi Frontier Life, que invertirá 50 millones de dólares para financiar proyectos de esta agencia que tengan un "enfoque específico sobre la adaptación al cambio climático" de los pequeños productores rurales.
Estos acuerdos suponen "otro paso hacia la creación de un sólido historial de financiación", que llega en un momento de volatilidad de los mercados mundiales y en el que una de cada diez personas en todo el mundo no dispone de suficientes alimentos y en el que las comunidades rurales representan el 75 por ciento de los pobres.
UNA VISIÓN 360 GRADOS DE LA AGRICULTURA
Estas inversiones irán dirigidas a financiar la cartera de préstamos que este organismo ha ideado y que abarca una visión "360 grados de la agricultura" centrada especialmente en África, región a la que están dedicados el 50 % de los proyectos, seguido de Asia y América Latina.
"Nuestras iniciativas se centran en el desarrollo de la cadena de valor, la adaptación al cambio climático y a las crisis climáticas, así como en crear acceso a los mercados para que los productores puedan llevar sus productos y ganarse la vida por sí mismos", resalta Toschi.
Las intervenciones directas en las comunidades permiten que estas sean menos vulnerables a los impactos climáticos y económicos, fortaleciéndolas a largo plazo gracias también a la apertura de diálogos con los gobiernos locales para "introducir nuevas normativas que protejan y ayuden los derechos de los agricultores".
Toschi destaca que "la movilización de fondos privados es crucial en este momento en el que los públicos no son suficientes para llegar a los objetivos".
"Para suplir este hueco y actuar de forma directa sobre los pequeños productores rurales, el FIDA seguirá vinculándose con socios privados que les permitan disponer de fondos para sus proyecto: "Vamos a seguir buscando a inversores que tengan una política ambiental, social y de gobernanza fuerte y abierta y que apoyen activa y abiertamente las ODS".
Según Toschi, la apertura al nuevo público que representan las empresas privadas "obliga a ser más rigurosos en la evaluación y más transparentes en la comunicación de los resultados", por lo que es un "circulo virtuoso" para la agencia con la que esperan fortalecer los resultados de las ayudas sobre la población rural más afectada.