La participación del 20.01 por ciento que Sacyr tiene en Repsol aportó a su beneficio neto 50 millones de euros.
La cifra de negocio de la compañía cayó un 16.3 por ciento, hasta 3,033 millones de euros debido al descenso del negocio constructor e inmobiliario, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) registró un incremento del 34.7 por ciento, hasta los 427 millones de euros.
La facturación del área de construcción del grupo alcanzó los 1,945.4 millones de euros, el 9.8 por ciento menos, debido al mal comportamiento del mercado doméstico, y pese a la buena evolución del área internacional.
El segundo negocio del grupo fue el de servicios, que desarrolla a través de su filial Valoriza, con la que obtuvo 720.6 millones (5.6 por ciento menos), en tanto que el negocio de concesiones facturó 107 millones (133.7 por ciento más) gracias a la entrada en servicio de algunas concesiones, como la autovía irlandesa M-50.
Las ventas de Testa, el área inmobiliaria patrimonial, ingresó 185.4 millones (1.3 por ciento menos), en tanto que Vallehermoso, el negocio de promoción residencial, alcanzó los 130 millones de euros (77.5 por ciento menos), con 408 viviendas entregadas.
El director financiero del grupo, Fernando Lacadena, explicó en una conferencia con analistas que la valoración de los activos inmobiliarios, realizada por un experto independiente, los sitúa en los 2,400 millones de euros (1,600 millones de euros de suelo y 850 millones de euros de viviendas en curso).
Asimismo, explicó que la deuda de esta división es de 1,300 millones de euros (900 millones de euros vinculados al suelo), lo que proporciona al grupo un colchón para cuando el mercado se recupere.
La cartera de negocio del grupo alcanzó los 50,653.3 millones, en tanto que la deuda neta aumentó el 3.6 por ciento respecto al cierre de 2010, hasta los 11,391 millones de euros.