En una mesa redonda con un grupo reducido de periodistas, entre ellos Efe, el co-consejero delegado de Salesforce, Keith Block, explicó que, pese a que ellos "cumplen los contratos" con sus clientes, en este caso en particular han mantenido "conversaciones", aunque no matizó si estas fueron con el Gobierno o dentro de la propia compañía.
"En esencia, nosotros queremos hacer negocios con empresas cuyo valores estén alineados con los nuestros", indicó Block, quien dijo "esperar" que su compañía no sea una de aquellas con las que el público general tiene una "crisis de confianza", en una crítica velada a Facebook y otras firmas del sector.
La polémica por el contrato con la Patrulla Fronteriza y de Aduanas (CBP, por su sigla en inglés) viene de lejos, pero esta semana se ha recrudecido coincidiendo con la celebración de la conferencia Dreamforce 19 en San Francisco, donde la empresa tiene su sede y para la que se registraron 171.000 personas.
El martes, el discurso de apertura del encuentro por parte del consejero delegado de Salesforce, Marc Benioff, fue interrumpido hasta en tres ocasiones por parte de manifestantes dentro de la sala que gritaron consignas en contra del contrato y a uno de ellos se le concedieron 30 segundos para que leyese un manifiesto.
Los manifestantes acusan a Salesforce de colaborar con su tecnología con una agencia gubernamental responsable de algunas de las políticas más controvertidas de Trump en la frontera como la separación de familias o las devoluciones exprés de demandantes de asilo a México.
El asunto es manifiestamente incómodo para la empresa y especialmente para Benioff, quien siempre destaca en sus discursos el compromiso corporativo con valores como la igualdad y el trato respetuoso a las personas, y quien mantiene fuertes vínculos con políticos del Partido Demócrata.
Sin ir más lejos, en esta edición participó en Dreamforce el expresidente demócrata Barack Obama (2009-2017), como ya lo hizo hace dos años su esposa, Michelle, y el año pasado el excandidato presidencial y exvicepresidente Al Gore.
Según la compañía, la Administración de Trump no usa la tecnología de Salesforce para implementar las políticas más controvertidas, sino que se sirve de sus herramientas digitales para la contratación de personal y "la gestión de las actividades en la frontera", una respuesta que no convence a los críticos.