Sin acuerdo a la vista en el Congreso para nuevo plan de rescate en EE.UU.

Los negociaciones entre demócratas y republicanos para lograr un nuevo paquete de estímulo fiscal ante la persistente y devastadora crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus siguen estancadas en medio de los reproches mutuos.

"(Los demócratas) están convirtiendo este proceso en una farsa", dijo Kayleigh McEnany, la portavoz de la Casa Blanca en rueda de prensa.

McEnany tildó la postura de la oposición demócrata de "frívola" y remarcó que "no han ofrecido concesión alguna".

Tanto la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, como el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, encargado por el presidente, el republicano Donald Trump, para liderar las negociaciones han reconocido que no ven acuerdo posible hasta la próxima semana.

El hecho de que millones de estadounidenses hayan perdido a partir de esta semana la ayuda al desempleo extraordinaria de 600 dólares semanales aprobada para enfrentar la crisis del coronavirus no ha servido como elemento de presión para llegar a un acuerdo.

POSICIONES INAMOVIBLES

Ambas partes parecen atrincheradas en sus propuestas y sin visos de alcanzar un pacto en el corto plazo.

La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, insistió en que la propuesta demócrata no ha cambiado: quieren que el Congreso apruebe un rescate de 3 billones de dólares que mantenga intacta la ayuda de 600 dólares semanales que hasta ahora estaban recibiendo los estadounidenses.

Frente a ello, los republicanos ofrecen un rescate de 1 billón de dólares con una rebaja de la ayuda al desempleo a 200 dólares semanales.

El refuerzo de la ayuda al desempleo fue pactado dentro del plan de rescate fiscal de finales de marzo por un valor total de 2.2 billones de dólares, el mayor de la historia del país, pero que se ha mostrado insuficiente ante la gravedad de la crisis.

Estos 600 dólares semanales adicionales se habían convertido en el salvavidas económico para muchos estadounidenses desde que la llegada de la pandemia en marzo provocase una ola de despidos masivos.

Sí que parecen estar de acuerdo en la extensión del programa de subsidios para pequeñas y medianas empresas, y en un nuevo pago directo de 1,200 dólares para los estadounidenses mayores de edad.

FIN DE SUBSIDIO ADICIONAL A DESEMPLEADOS

El Congreso estadounidense está dividido con los republicanos al mando del Senado y los demócratas de la Cámara, lo que complica aún más las negociaciones.

El líder republicano en la cámara alta, el senador Mitch McConnell reconoció la difícil situación.

"Cuando esto se resuelva entre el presidente de EE.UU. y su equipo, que tienen que ratificar la legislación, y la minoría no insignificante de los demócratas en el Senado y su mayoría en la Cámara, es algo que estoy preparado para apoyar incluso si tengo algunos problema con ciertas partes", afirmó ante los periodistas esta tarde, sin ofrecer detalle alguno de posibles soluciones.

Según los últimos datos del Departamento de Trabajo, más de 17 millones de estadounidense reciben asistencia por desempleo en medio debacle económica provocada por la pandemia del coronavirus.

SOMBRÍAS PERSPECTIVAS ECONÓMICAS

Las peleas en el Capitolio contrastan con las sombrías perspectiva económicas.

Y es que la economía de EE.UU. se ha hundido a un ritmo anual del 32.9 % en el segundo trimestre de 2020 por los efectos de la pandemia y ha caído el 9.5 % frente a los tres primeros meses del año, los mayores descensos de este indicador desde que se tienen registros.

La tasa de desempleo cerró junio en el 11.1%, después de haber arrancado el año en el 3.5%.

EE.UU. suma 4.7 millones de casos y más de 155,000 fallecidos por el virus, de acuerdo al recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins de la noche del lunes.

La situación es especialmente grave en los estados del sur y el oeste del país, como Texas y Florida, pero se está comenzando a registrar un nuevo repunte en estados del noreste del país como Nueva Jersey, donde se pensaba que la pandemia se había controlado, y otros del Medio Oeste, como Misuri, que habían registrado un número bajo de contagios.