La entidad con sede en San Francisco tuvo una facturación acumulada entre enero y septiembre de 57,636 millones, un 3 % más respecto a ese periodo del año pasado, en el que sus ganancias fueron de 286 millones, según un comunicado.
Solo en el tercer trimestre, el más seguido por los analistas de Wall Street, Wells Fargo logró un beneficio neto de 5,122 millones, lo que supone un 59 % más que en el mismo periodo de 2020.
Los ingresos entre julio y septiembre ascendieron a 18,834, un 2 % menos interanual.
El margen de intereses, no obstante, bajó un 5 % por unos balances de préstamos más bajos "que reflejan una demanda floja, unos prepagos elevados y el impacto de los bajos tipos de interés", indicó.
"Las acciones que estamos tomando para mejorar la efectividad operativa y los rendimientos financieros se reflejan en nuestros resultados, además de los beneficios que estamos experimentando con la recuperación económica", aseguró el consejero delegado, Charlie Scharf.
En los resultados se vieron reflejados los 1,650 millones de provisiones que la empresa financiera redujo tras reservarlos en previsión de posibles pérdidas por impago de préstamos como consecuencia de la crisis económica desatada por la pandemia.
Wells Fargo fue condenado el pasado septiembre a pagar una multa de 250 millones de dólares por sus "prácticas inseguras y poco sólidas" relacionadas con su programa de modificación de préstamos, sobre lo que hizo referencia el máximo ejecutivo.
Scharf señaló que la empresa, que ha pagado más de 4,000 millones en sanciones vinculadas a sus escándalos en los últimos años, está haciendo "progresos para corregir prácticas pasadas" pero consideró que la multa reciente "es un recordatorio de que las deficiencias importantes deben ser una prioridad".
"Hoy, somos una empresa diferente y los cambios operativos y culturales que hemos realizado nos permiten trabajar con una disciplina significativamente mayor que en el pasado", agregó.