Jessica Hausner hace un demoledor retrato de la sociedad actual en "Club Zero"

La austríaca Jessica Hausner utiliza como excusa los desórdenes alimenticios para hacer en "Club Zero" un demoledor retrato de la sociedad actual, de las presiones por lo que piensen los demás, de las mentiras que se multiplican por las redes y del radicalismo.

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La directora austriaca Jessica Hausner durante la presentación este martes en el Festival de Cannes de su película 'Club Zero'. EFE/EPA/SEBASTIEN NOGIER

Así lo explicó en una rueda de prensa en Cannes, donde su filme compite por la Palma de Oro. "No es una película sobre los desórdenes alimenticios", afirmó la realizadora sobre la historia de una profesora (Mia Wasikowska) con unos métodos un tanto extremos para que sus alumnos adopten una alimentación consciente.

"Me preguntaba cómo las ideas de una persona podían tener una incidencia en los otros porque si somos manipulados o hay grupos radicales puede tener unas consecuencias devastadoras sobre otras personas", precisó Hausner, que hace dos años presentó en Cannes "Little Joe", que se llevó el premio a mejor actriz para Emily Beecham.

Para la protagonista del filme, Hausner "tiene una visión fuerte y es apasionante trabajar con ella. Es totalmente clara su visión desde el comienzo".

Mientras que para la danesa Sidse Babett Knudsen, que interpreta en el filme a la directora del colegio en el que un grupo de alumnos decide dejar de comer, Hausner "habla del mundo de hoy con una metáfora, hay una relación clara de la historia de este filme con lo que vivimos hoy".

En el filme los alumnos siguen a su profesora y adoptan la absurda teoría de que comer no es necesario, algo que además puede tener connotaciones políticas, como ocurre a menudo con las huelgas de hambre.

En este caso, Helen decide no comer para salvar el medioambiente y Elsa para mejorar el mundo. Es una forma errónea de expresar sus opiniones.

"He querido mostrar lo que pasa en el mundo con las falsas informaciones que se encuentran por internet. Es muy difícil navegar y saber lo que es verdad o no", explicó la realizadora.

A eso se une "la tendencia actual a la radicalización" en muchas áreas, que es otro de los centros de atención de la película. "Deberíamos aprender a escuchar mejor", agregó Hausner.

Una historia cuidada estéticamente hasta en el más mínimo detalle, con unos decorados llenos de muebles de diseño, tanto en la escuela como en las casas de los alumnos -la mayoría de familias acomodadas-, que provoca un ambiente frío y atemporal, algo buscado conscientemente por la directora.

"Quería que fuera una historia universal, que no se situara en ningún sitio ni época concreta", al menos estéticamente porque en su contenido todas las referencias se refieren a problemas actuales, explicó.

Al respecto, uno de los actores que interpreta a un alumno, Luke Barker, aseguró que "los jóvenes de hoy se tragan toda la información que reciben sin plantearse si es o no verdad, es muy fácil convencerse de cosas en internet, basta con estar de acuerdo con lo que lees, sin reflexionar".

"Con este filme mostramos una profesora que logra manipular a sus alumnos y demuestra que lo que hay que hacer es pensar diferente", agregó.

En la película se usaron trucos para fingir la pérdida de peso de los estudiantes porque la directora no quería obligarles a adelgazar.