La Academia de Hollywood nombra a Bill Kramer como su nuevo director

La Academia de Hollywood, institución que entrega anualmente los premios Óscar, nombró este martes como nuevo consejero delegado (CEO) a Bill Kramer, quien hasta ahora era el director del nuevo museo dedicado al cine que la organización inauguró el pasado otoño en Los Ángeles (EE.UU.).

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El nuevo consejero delegado (CEO) de la Academia de Hollywood, Bill Kramer, en una fotografía de archivo. EFE/Etienne Laurent

Kramer tomará el relevo de Dawn Hudson, una mujer que ha liderado la Academia durante más de una década en la que ha renovado los premios más populares del cine y ampliado sus integrantes hasta los 10,000 miembros, todos ellos con capacidad de voto en los Óscar.

Por su parte, el nuevo consejero delegado fue el encargado de reunir los más de 380 millones de dólares que la Academia de Hollywood necesitó para financiar su recién estrenado museo, que ocupa un imponente edificio diseñado por el arquitecto Renzo Piano en el centro de Los Ángeles.

La institución destaca que en menos de seis meses, el centro -conocido como Museo de los Óscar, en español, o Academy Museum, en inglés- se ha convertido en una parada obligatoria para los turistas al recibir más de medio millón de visitantes en seis meses.

"Su visión para el futuro de la Academia es igual de inspiradora y los gobernadores de la junta estamos de acuerdo en que es el hombre ideal para liderar este momento decisivo para la organización", aseguró el presidente de la Academia, David Rubin, en un comunicado.

Entre los retos más inmediatos, Kramer deberá contrarrestar la caída en audiencias de la gala de los Óscar, cuya reputación quedó profundamente dañada tras el altercado violento que protagonizó Will Smith.

Además de organizar los Óscar, la Academia de Hollywood entrega becas, celebra encuentros entre cineastas y dona fondos a programas relacionados con el séptimo arte.

Hudson, la ejecutiva saliente, tuvo que lidiar con la aparición de plataformas televisivas como Netflix, capaces de hacer frente a los estudios tradicionales, y con las dos grandes olas de cambio en Hollywood: el movimiento feminista #MeToo y las protestas raciales.

Sus medidas nunca han estado exentas de polémica, entre los que consideraron que no eran suficientes y quienes opinaron que los Óscar han primado las cuestiones identitarias frente al interés artístico.