"Lacci" abre la Mostra para desenredar los lazos ocultos del desamor y rencor

El Festival de cine de Venecia inauguró hoy, miércoles, su 77 edición con el estreno de "Lacci", un drama familiar que desenreda los vínculos más ocultos del desamor y la traición, adaptación de la novela homónima de Domenico Starnone.

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La cinta, presentada fuera de concurso, es la primera italiana en abrir la Mostra de los últimos once años, un gesto con el que los organizadores del certamen han querido apoyar a la industria del país en medio de la crisis desatada por el coronavirus.

En las últimas ediciones se había optado por grandes producciones para abrir el festival, sin embargo en esta ocasión estas escasean a causa de la pandemia y las limitaciones que ha impuesto.

Su director, Daniele Luchetti, aseguró que fue fácil llevar a la gran pantalla el superventas Starnone, "Lacci" (Ataduras): "Descubrí que la materia narrativa del libro era tan fuerte que resistía la transformación de una película", dijo en rueda de prensa.

Y más desde su propio punto de vista personal, como divorciado: "Es algo que nos afecta a todos, a los hijos de parejas separadas, yo mismo estoy divorciado, era un libro que daba la posibilidad de identificarme con todos los personajes", refirió.

Su objetivo, explicó, fue "mantener la acción y la tensión que deriva de algo que está a punto de romperse o ya se ha roto" e ilustrar sentimientos como "el miedo, el odio, la reticencia o la rabia".

La cinta sigue dos líneas temporales para mostrar dos etapas distintas del matrimonio que la protagoniza: el exitoso locutor Aldo, a quien da vida de joven Luigi Lo Cascio y de mayor Silvio Orlando, y la profesora Vanda (Alba Rohrwacher y Laura Morante).

Juntos forman una familia en la Nápoles (sur) de los Ochenta, tienen dos hijos y se embarcan en una relación idílica que rápido salta en pedazos a causa de una infidelidad.

Esto desencadenará un huracán de rencor y venganza en el que la pareja deberá vivir y del que nunca escapará, ni siquiera con el paso de los años, teniendo que lidiar con las "ataduras" de sus errores pasados y planteándose el espinoso dilema del perdón.