Ochenta años de Mina, la diva invisible

Mina no se muestra desde hace décadas pero siempre se la espera. La gran dama de la música italiana cumple 80 años y lo hace oculta, en el retiro que ella misma eligió, pero sin olvidar al público, deleitándolo con frecuencia con nuevos trabajos.

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Anna Maria Mazzini nació en la norteña Busto Arsizio un 25 de marzo de 1940, en el seno de una familia burguesa, aunque creció en la cercana Cremona. Su vocación por el canto surgió en su niñez azuzada por su abuela Amelia, cantante lírica.

Con el tiempo Mina se convertiría en todo un icono gracias a sus excepcionales dotes vocales, su expresividad y su eclecticismo, forjando una carrera con más de 1,500 canciones y millones de discos vendidos en todo el mundo que ni siquiera la censura logró eclipsar.

LOS ORÍGENES DEL MITO

Sin saberlo Mina asistió al comienzo de su vida artística con 18 años, en 1958, una noche en que sus amigos la retaron a cantar en el local "La Bussola" del pueblo toscano de Marina de Pietrasanta.

Un año después ya grababa un disco junto a la banda "Happy Boys" y se anotaba el primero de sus éxitos, el twist "Tintarella di luna", siendo acogida enseguida como una nueva promesa de la música italiana. Era la voz del Rock&Roll tan en boga entonces en Italia.

Mina emprendió un frenético camino de éxito, fueron los años del Festival de Sanremo, donde presentó temas como "Le mille bolle blu", y de su consagración con el disco "Il cielo in una stanza" (1960).

Después llegó su salto a la pequeña pantalla, a los estudios de la televisión pública, la RAI, donde reinó con largas noches en blanco y negro con algunos de los músicos más prominentes del momento, como Lucio Battisti o su íntimo amigo, Adriano Celentano.

Una de las actuaciones para la posteridad fue aquel "Parole, parole" (1972) con Alberto Lupo, el himno de una mujer independiente que desoye las lisonjas del galán, tan inusual en la época.

"Si no tuviera mi voz me gustaría tener la de una joven muchacha italiana llamada Mina", llegó a decir la gran Sarah Vaughan.

LA MANO DE LA CENSURA

Era la gran estrella del momento con temas como "Se telefonando" (1966) y el público se rendía ante su magnetismo, por su estética tan personal, adelantada a su tiempo, su vestuario y su maquillaje.

Sin embargo la polémica llegó al quedarse embarazada del actor Corrado Pani, casado con otra mujer. El nacimiento del hijo de ambos, Massimiliano, en 1963 hizo que la RAI la reemplazara, aunque su ostracismo apenas duró dos años porque la audiencia la aclamaba.

En 1966 Mina se instaló en la ciudad suiza de Lugano y en 1971 tuvo su segunda hija, Benedetta, con el periodista Virgilio Crocco.

A finales de los Setenta la diva se preparaba ya para su adiós. En el verano de 1978 realizó una serie de conciertos por Italia que serían los últimos, sobre todo después de padecer una bronquitis.

Pero la censura volvió a sacar las zarpas ese mismo año, cuando interpretó en la televisión su famoso "Ancora, ancora" (1978).

El vídeo era toda una exhibición de sensualidad, una sucesión de primeros planos de su rostro, con los hombros descubiertos, y la RAI optó por minimizar algunas imágenes, especialmente las de su boca, pintada con brillo. Fue su última aparición televisiva.

EL RETIRO: UNA DIVA AUSENTE PERO MUY PRESENTE

Su despedida de los escenarios se dio en el verano de 1978. Desde entonces se instaló en Suiza, montó una productora y se alejó de los focos para siempre por razones envueltas en un sinfín de especulaciones.

La gran dama de la canción se recluyó en su torre de marfil pero siguió en contacto con su público, al que casi cada año ofrece un disco con impresionantes y vanguardistas portadas, situándolo rápidamente en la cima de las listas de éxitos.

Ella se atreve con todo, boleros, bossa nova, jazz o hasta música sacra. Su último trabajo, de 2019, es un dúo con otro gran retirado, Ivano Fossati, mientras que en 2008 participó en el disco "Papito" de Miguel Bosé, con la canción "Agua y sal".

En 2001 la cantante volvió a mostrarse en un documental emitido por internet. Enigmática, vestida de negro, gafas de sol y una larga trenza pelirroja interpretaba en su estudio grandes temas, también en español, como "La barca" o "Espérame en el cielo".

Y es que, pese al retiro, Mina siempre ha demostrado estar muy al tanto de lo que se cuece en el mundo, de las nuevas tendencias, e incluso mantuvo un consultorio en "Vanity Fair" hasta 2015.

La temática variaba: hablaba de música, de política, actualidad y ofrecía todo tipo de consejos ante las vicisitudes de la vida. Uno de los correos que recibió lo firmaba una mujer que, pese a tenerlo todo en la vida, aseguraba sentirse vacía.

"Aceptar lo cotidiano a veces es heróico y cada acto de heroísmo contiene una inevitable recompensa. Aunque hoy le parezca impreciso, la satisfacción llegará. El significado de todo, tarde o temprano, aflora inevitablemente", apuntaba la gran dama de la música desde la experiencia que otorgan los años. Ochenta, para ser precisos.