El pistolero que abrió fuego contra una sinagoga de Poway, California, causando la muerte de una persona y heridas a varias más en 2019 fue sentenciado este martes por una corte federal a cadena perpetua más 30 años, condena que se suma a la ya emitida por un juez estatal que lo había destinado a pasar el resto de su vida tras las rejas.