Los efectos de las sanciones económicas impuestas a Níger, donde una junta militar protagonizó el pasado 26 de julio un golpe de Estado, se han dejado sentir en la economía del país con la paralización de varias actividades y en la población que afronta cortes de electricidad y altas subidas del precio de productos como el arroz y el aceite.
Las sanciones contra Níger ahogan la economía y agudizan la pobreza de la población
