Advierten presidentes latinoamericanos riesgo de rezago económico

Si América Latina mantiene la grave desigualdad que padece se quedará rezagado, advirtió el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

A su vez la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, llamó a la región a promover soluciones compartidas a partir de los diagnósticos también compartidos que se tienen respecto a la situación económica.

Durante la presentación del estudio Perspectivas económicas de América Latina 2015, en el contexto de la XXIV Cumbre Iberoamericana, los mandatarios coincidieron en que abatir la desigualdad es uno de los principales retos para América Latina.

Al comentar el estudio preparado con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Juan Manuel Santos planteó que muchos países de la región podrían no encontrar el ritmo del crecimiento.

Es necesario, dijo, poner énfasis en la educación, donde hay un claro cuello de botella estructural porque los estudiantes no encuentran espacio en el mercado laboral y por la falta de capacidades profesionales desarrolladas durante esa etapa de aprendizaje.

Recomendó privilegiar la educación técnica y tecnológica que “a veces es vista como de segunda categoría en la región, pero que en países desarrollados como Alemania se promueve intensamente con los buenos resultados que saltan a la vista”.

En términos de desigualdad insistió en la importancia de combatirla, especialmente en la primera infancia, porque los niños que carecen de oportunidades llegan en una desventaja que perpetúa la propia desigualdad.

Durante la presentación, en la que participaron también José Ángel Gurría, de la OCDE; Alicia Bárcena, de la Cepal, y Enrique García, del CAF, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, advirtió que si bien algunos indicadores como pobreza y expansión de las clases medias han sido positivos, hay otros inadecuados.

Por ejemplo la desigualdad que amenaza la cohesión social y pone en riesgo el futuro de muchos jóvenes, así como de la economía en su conjunto que presenta niveles más bajos de los que se tenían y mucho más bajos de los que se desean.

Acompañada también por el canciller de México, José Antonio Meade, y por la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan, la mandataria sudamericana destacó que los diagnósticos compartidos exigen también soluciones compartidas.

Sostuvo que es imperativo ético y moral hacer una apuesta por el desarrollo, lo que también se vuelve un desafío regional, ante la necesidad de mejorar la productividad luego de una etapa de expansión en la que faltó inversión en ese terreno.

En la presentación también estuvieron José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, y Enrique Iglesias, ex secretario general Iberoamericano.