EEUU arremete contra China e Irán en busca del apoyo australiano

El secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, elevó este domingo el tono contra China e Irán durante una visita oficial en Australia, un aliado histórico de Washington que tiene como principal socio comercial al gigante asiático.

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US Secretarío de Defensa Dr Mark Esper (L) y US Secretario de Estado Mike Pompeo

"Nos mantenemos firmes contra cualquier patrón perturbador de conducta agresiva de parte de China que pueda desestabilizar la región", comentó Esper en una rueda de prensa en Sídney al término de una reunión ministerial entre EEUU y Australia.

El jefe del Pentágono alertó que su país "no se quedará quieto mientras cualquier otra nación intenta moldear nuevamente la región a su favor y a expensas de otras" en referencia a las pretensiones soberanistas y las bases militares de Pekín en islas del mar de China Meridional.

"Sabemos que nuestros aliados y socios tampoco", añadió Esper, quien la víspera abogó por desplegar un sistema de misiles de medio alcance en el Pacífico en un plazo de meses.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, remarcó en la misma comparecencia que Washington "no le pide a ninguna nación que elija entre Estados Unidos y China", en alusión a la guerra comercial con China, aunque después expresó que "es momento para que Estados Unidos y Australia hagan más cosas juntos en la región y más allá".

"A ambos nos preocupa la militarización del mar de China Meridional y ambos tenemos un ojo en las inversiones que ahoga a nuestros amigos en deudas", subrayó Pompeo al insistir en que a Estados Unidos, como nación del Pacífico, le importa lo que pase en la región.

Pompeo también expresó su confianza en que Australia ayude a EEUU en "asuntos apremiantes" en Siria y Afganistán, así como en una eventual coalición para responder a lo que Pompeo denominó como "ataques no provocados" por parte de Irán al transporte marítimo en el estrecho de Ormuz.

Washington aboga por crear una coalición internacional, que bajo el nombre de Operación Centinela, escoltaría a los barcos con el fin de asegurar la libre navegación y el libre comercio, así como "para prevenir cualquier acción provocadora por parte de Irán que pueda desencadenar un malentendido o un mal cálculo", según Esper.

Pero la ministra australiana de Defensa, Linda Reynolds, presente en la rueda de prensa junto con la titular de Exteriores, Marise Payne, declaró que si bien su país está "profundamente preocupado por el aumento de las tensiones" en el golfo Pérsico, aún está considerando "seriamente" la petición de Washington.

Anteriormente, el primer ministro australiano, Scott Morrison, quien visitará al presidente estadounidense, Donald Trump, el próximo mes, ya ha expresado que considerá seriamente cualquier solicitud de Washington para una intervención en el golfo.

Si bien Australia coincidió con Estados Unidos en torno a las preocupaciones respecto a la seguridad y estabilidad en la región Indopacífica, sus ministras se mostraron más cautas en relación con China e Irán.

"Nuestra región es más próspera, pero se está poniendo más nerviosa", afirmó Reynolds, mientras la jefa de la diplomacia australiana evitó pronunciarse sobre la posibilidad de que Estados Unidos despliegue misiles en su territorio.

Estados Unidos, que considera expandir su presencia militar en Australia, tiene desplegado a 2.500 marines en la ciudad de Darwin, en el Territorio Norte, un lugar estratégico situado frente al Sudeste Asiático.

"A nadie le interesa que el Indopacífico se convierta en una zona de confrontación, por lo que trabajamos estrechamente con nuestros socios claves y socios más fuertes de la alianza, los Estados Unidos y nuestro socio clave, China, para buscar la estabilidad, la seguridad y la prosperidad", dijo Payne.

El sábado, Esper declaró el deseo de su país de desplegar misiles intermedios en el Pacífico "en meses" para reafirmar el compromiso con sus aliados en la región, una medida que muy probablemente irritará a China.

Las palabras del jefe del Pentágono se produjeron un día después de que EEUU abandonase el tratado para la eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance (INF) que firmó con Rusia durante la Guerra Fría.