Zambrano Grijalva indicó que no puede haber pretextos para fortalecer el salario mínimo a más de 100 pesos diarios ahora que el incremento de siete pesos quedó pulverizado con el “gasolinazo”. Refirió que -de acuerdo con el Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM- están dadas las condiciones para un incremento en las percepciones de los trabajadores una vez que hay incentivos para las empresas y la inversión, mientras que el aumento al salario es detonante para impulsar el mercado interno.
El LACEN ha señalado que “tomando en consideración el ingreso de las remesas, el movimiento de operaciones adelantadas de Banxico, y la aludida apreciación del peso; un aumento al Salario Mínimo puede contrarrestar la contracción del gasto generado por el alza de la inflación y de las tasas de interés que si bien benefician a la inversión, contraen el consumo, por lo que el incremento al salario provocaría mayor derrama”.
De hecho, indicó Zambrano, existe la oportunidad de presentar una propuesta de incremento al Salario Mínimo al 30 de marzo cuando Hacienda entregue los precriterios de política económica para 2018.
Esto también es fundamental, recordó, si tomamos en cuenta que para el mes de junio –según lo dicho por Hacienda- se iniciarían los trabajos para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, y los Estados Unidos no aceptarán la competencia desleal que implica pagar a un trabajador en México, el equivalente de 4 dólares por 8 horas diarias cuando ellos pagan hasta 11 dólares por una sola hora.
Zambrano Grijalva recordó asimismo que el pasado 27 de enero se cumplió un año de la publicación en el Diario Oficial de la Federación, de la reforma constitucional en materia de desindexación del Salario Mínimo (como referencia a diversas multas y recargos), como una de las primeras acciones para fortalecer al minisalario a un ritmo mayor y concretar su recuperación gradual y sostenida hasta hacerlo suficiente para satisfacer las necesidades de las familias en lo material, social y cultural, así como para proveer la educación obligatoria de sus hijos.
En esa reforma, añadió, se estableció la obligación del Congreso de la Unión de realizar adecuaciones a la legislación vigente (cerca de 140 leyes y ordenamientos que citan al salario mínimo como unidad de referencia, entre ellos la Ley Federal del Trabajo y la Ley General de Desarrollo Social), así como para emitir la legislación reglamentaria que determine el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA); pues seguimos sin cumplir con esos procedimientos.
El legislador perredista convocó por lo tanto al Partido Revolucionario Institucional –que es el que encabeza al Grupo de Trabajo- a no aplazar más estos compromisos y demuestre en los hechos, voluntad política en favor de la clase trabajadora de este país y que acelere ya el proceso para definir el nuevo salario mínimo.