“Este dato confirma que la decisión del Gobierno Federal de suspender a los maestros de Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca fue acertada, pero ahora se requieren acciones decididas para no dar marcha atrás ni ceder a chantajes, así como para tomar medidas drásticas de política educativa para revertir el rezago que presentan estas entidades, las cuales siguen teniendo graves carencias en cuanto a analfabetismo y nivel de escolaridad”, señaló.
En Chiapas, para 2015, los años de estudio de la población fue en promedio de 7.3, Oaxaca 7.5, Guerrero 7.8 y Michoacán 7.9, “En estas entidades la reforma educativa prácticamente no ha impactado. Al paso que van, estas entidades federativas tardarán más de una década para que la población tenga una escolaridad equivalente a la secundaria”.
Cortés Mendoza expuso que a más de tres años de aprobada, la reforma educativa no ha significado un antes y un después en términos de mejoras sustantivas, sino que la reforma fue novedosa e importante, pero su implementación le ha quedado grande a las autoridades.
La realidad de la reforma educativa es la siguiente:
La eficiencia terminal, o sea, el porcentaje de alumnos que logra concluir sus estudios de manera oportuna en cada nivel educativo, no ha mejorado de forma sustantiva en todos los niveles educativos y mantiene la misma tendencia desde antes de la reforma educativa. Inclusive la eficiencia terminal fue a la baja en educación superior, después de la reforma educativa.
En lo que respecta a analfabetismo, la reforma educativa tampoco ha impactado de manera importante a las entidades con mayor rezago en la materia. De las entidades con mayor rezago sobresalen Guerrero (12.2 por ciento), Chiapas (13.3 por ciento) y Oaxaca (15.7 por ciento). Esta realidad contrasta ampliamente con entidades como el Distrito Federal con 1.5 por ciento de analfabetismo en 2015 o Nuevo León, con 1.6 por ciento, para el mismo año.
En lo que respecta a la prueba Planea, para medir avances educativos, considera cuatro niveles siendo el cuarto el más alto en cuanto al logro educativo. Quienes se ubican en el nivel I presentan deficiencias en el desarrollo de los conocimientos y habilidades relacionadas con las competencias disciplinares básicas.
En sexto de primaria, el 49.5 por ciento de los evaluados se ubicó en el nivel I en lenguaje y comunicación; y en matemáticas, el 60.5 por ciento de los evaluados se ubicó en el nivel I.
En secundaria, el 29.4 por ciento de los evaluados se ubicó en el nivel I en lenguaje y comunicación, mientras que en matemáticas fue el 65.4 por ciento.
En educación media superior, que es un auténtico cuello de botella del sistema educativo nacional, ya que es aquí donde se dan los porcentajes más altos de deserción y reprobación, 43.3 por ciento de los jóvenes se ubicaron en el nivel I en la evaluación de lenguaje y comunicación y 51.3 por ciento en matemáticas.
“El gobierno federal no solamente debe aplicar sanciones laborales, sino que está obligado a mejorar la calidad de la educación y construir un sistema de evaluación más objetivo, equitativo y útil, a fin de que la reforma educativa, que es el proyecto más importante para México, alcance los objetivos esperados”, concluyó el líder parlamentario del PAN.