ONU tiene "graves testimonios" sobre muerte de 22 en México

La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México reveló hoy que "ha recibido graves testimonios de los hechos en Tlatlaya", donde se investiga una presunta matanza con 22 muertos cometida por el Ejército.

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"El equipo que dirijo, bajo el pedido de confidencialidad de las fuentes que para nosotros constituye mandato, ha recibido graves testimonios de los hechos de Tlatlaya, así como de otros hechos en el eje que vincula dicha localidad con Arcelia y Ciudad Altamirano", denunció el representante del Alto Comisionado, Javier Hernández Valencia, en el diario "Reforma".

En una columna titulada "Tlatlaya: silencio o denuncia", Hernández Valencia recordó que en 2008 ya había circulado información sobre una "matanza silenciada" de 23 civiles por parte de un comando armado en un mercado de San Pedro Limón, en el municipio de Tlatlaya (centro-sur de México), donde el Ejército después habría limpiado la escena.

El artículo en cuestión, firmado en aquel año por el prestigioso periodista Miguel Ángel Granados Chapa, denunciaba el asesinato de 23 civiles, incluidos niños, por parte de une veintena de encapuchados y la posterior llegada de un convoy militar para retirar evidencias y pedir silencio a los pobladores.

Según esa versión, los militares "retiraron los cadáveres, recogieron los casquillos y limpiaron la escena. Despojaron de sus teléfonos celulares a los espantados vecinos y visitantes y se las arreglaron para hacerles saber que era preferible que no se supiera nada de lo ocurrido". Nunca hubo una investigación.

El representante de la ONU señaló que aquel "escalofriante relato" sirve para llamar a la reflexión de lo que "desde el pasado aún parece que se dejó pendiente".

La esperanza es, agregó, que las voces acalladas "por la profundidad de la intimidación" tengan el estímulo de hacer conocer "lo que sucedió en el pasado y pueda seguir sucediendo".

"El esfuerzo de concentrar el escrutinio institucional y periodístico sobre lo sucedido en Tlatlaya el 30 de junio pasado debería también obligarnos a echar luces definitivas sobre lo sucedido en años anteriores", afirmó.

En las últimas semanas, investigaciones periodísticas dejaron en entredicho la versión oficial del Ejército sobre las muertes de junio, que tuvieron lugar también en San Pedro Limón, después de un operativo militar.

Una testigo aseguró que sólo una persona murió en el tiroteo con el Ejército y que las otras 21, supuestos miembros de un grupo criminal, fueron ejecutadas de manera extrajudicial cuando ya se habían rendido.

Ocho militares que participaron en el operativo fueron detenidos y puestos a disposición de la Justicia militar para ser investigados, al margen de las pesquisas que lleva adelante la Procuraduría General de la República.

Fotografías difundidas el viernes y analizadas por un criminalista para la agencia local MVT apuntan a que la escena fue alterada por los militares.

Los cuerpos aparecen en posiciones que no se corresponden con un tiroteo, con lodo en las piernas como si hubieran sido arrastrados y con las armas acomodadas a un lado.

El director para las Américas de la organización Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, consideró que, de confirmarse las sospechas, podría tratarse de la masacre "más grave que ha sufrido México en muchísimos años" por parte de las fuerzas armadas.