El documento señala que una de las deficiencias es el breve tiempo para que los usuarios puedan ascender o bajar de estos medios de transporte, lo que ocasiona desesperación en andenes, vagones y unidades.
“Al percatarse de que las puertas del vagón o autobús cerrarán rápidamente, decenas de usuarios intentan subir, mientras que otros buscan salir entre empujones. El caos frecuentemente domina la situación”, resalta.
Subraya que han sido insuficientes los proyectos piloto para ordenar el ascenso y descenso de los trenes y unidades de los citados sistemas de transporte.
Por ello, la comisión, presidida por la diputada Cecilia Soto González (PRD), consideró conveniente instar a las autoridades a establecer nuevos protocolos para el mejoramiento del flujo de usuarios en las estaciones y hora de alta afluencia.
También, implementar sistemas que informen del estado de operación en tiempo real, antes de que los usuarios ingresen a la estación, así como programas que refuercen la seguridad y la convivencia respetuosa, y la capacitación de personal operativo, con la participación de los propios trabajadores de los dos sistemas de transporte. Son acciones que pueden contribuir a mejorar el servicio en el Metro y el Metrobús de la Ciudad de México.
Por otra parte, la Comisión aprobó solicitar a los gobiernos de las demarcaciones territoriales de Miguel Hidalgo, Cuajimalpa de Morelos y de los municipios de Huixquilucan y Naucalpan de Juárez, a que acepten la Recomendación para la prevención y el control de la contaminación del agua de la Presa San Joaquín PFPA/1/2C.5/04/2017, a fin de que se restablezca el equilibrio ecológico y se preserve la salud de la población.
Asimismo, que bajo el modelo de Gobierno Abierto y Transparencia Proactiva, hagan pública la respuesta a dicha recomendación y, en su caso, los informes correspondientes que reflejen los avances y acciones implementadas para dar cumplimiento.
El dictamen refiere que la Presa San Joaquín fue construida para servir como vaso regulador de los escurrimientos pluviales provenientes de Huixquilucan y Naucalpan, pero al paso de los años se ha convertido en un depósito de aguas residuales vertidos al Río San Joaquín y las descargas de las colonias vecinas de dichos municipios, así como de las demarcaciones de Miguel Hidalgo y, en menor medida, Cuajimalpa.
Precisa que, en atención a los efectos nocivos de la contaminación del agua, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) emitió una recomendación a dichas delegaciones y municipios el pasado mes de diciembre.