En entrevista, resaltó que se trata de un ejercicio simple que se hace cada proceso electoral y que vuelve a demostrar que “seguimos con muchas desconfianzas que resultan onerosas para las elecciones”.
“Los candados de la desconfianza son tantos que se acordó que sobre la base de líquido indeleble elaborado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) se hicieran varias pruebas de su confiabilidad y autenticidad; la última prueba consiste en enviar cien frascos utilizados durante la jornada electoral, que tengan residuos de tinta indeleble para que la UAM los analice”, explicó.
El objetivo, dijo, es que en la revisión se vea que se trata de la misma tinta que se aprobó en el Consejo General, de lo cual “no tengo duda que va a ocurrir”.
Recordó que son tres pruebas diferentes que se realizan sobre tinta indeleble y las otras dos las hicieron ya en los 300 consejos distritales del Instituto Nacional Electoral (INE), después de la elección y no hubo problemas.
Finalmente, informó que se hizo también la prueba de la autenticidad de las actas electorales, de las boletas y todo corresponde a las características, a la calidad, a los diseños que originalmente aprobó el INE.