Abre decisión de Zapatero debate a futuro sobre permanencia en poder

La decisión del jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de no buscar un tercer mandato, abre un debate a futuro en España sobre cuál es la permanencia que un mandatario debe estar en el poder, aún cuando pueda optar a más reelecciones.

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José Luis Rodriguez Zapatero.

Rodríguez Zapatero anunció este sábado al Comité Federal del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) su determinación de no ser candidato en las elecciones generales de marzo de 2012, algo sobre lo que la clase política debatía en semanas recientes.

En un mensaje dedicado en gran parte a las acciones de su gobierno contra la crisis económica, Rodríguez Zapatero aseguró que los meses que le restan los dedicará a impulsar las reformas que el país necesita para volver a crecer y crear empleos.

A la vez, propuso la realización de un proceso de elecciones primarias para elegir al que será candidato en marzo de 2012, “en caso de que haya más de un aspirante”, y todo ello después de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 22 de mayo.

Rodríguez Zapatero aseguró que desde 2004 que fue elegido la primera vez, pensaba que dos periodos de gobierno (de cuatro años cada uno) eran lo suficiente y conveniente para el país, para el partido, para su familia y para él.

La decisión comenzó desde este mismo sábado a ser comparada a la tomada por su antecesor, José María Aznar (del Partido Popular), que gobernó de 1996 a 2004, pero que desde el inicio de su gestión siempre aseguró que no pasaría más de dos periodos al frente del Palacio de La Moncloa.

En aquella ocasión, la idea de Aznar era ser coherente con una crítica que durante sus años como dirigente opositor lanzó muchas veces al ex presidente Felipe González (1982-1996), de que tantos años en el poder generaba corrupción, vicios y desgaste político.

En el caso de Rodríguez Zapatero, su primer periodo (2004-2008) de reformas sociales y crecimiento económico contrasta con la crisis económica que afronta en el segundo periodo a partir de 2008, que ha generado desgaste al PSOE y problemas de credibilidad al gobierno.

De cualquier manera, las decisiones tanto de Aznar como de Rodríguez Zapatero coinciden con una parte del electorado joven y no militante de ninguna sigla, que cada ocho años vota por el partido contrario al del mandatario de turno y, por tanto, promotores de alternancias.

De hecho, las primeras preguntas de periodistas a Rodríguez Zapatero sobre cuántos periodos de gobierno estaría se dieron incluso desde antes de ser elegido en 2004, por lo que ya desde entonces es un tema presente en la agenda política española.

En sus primeras respuestas, el político socialista decía respetar la decisión de Aznar y destacaba lo positivo de ella, pero mantenía la posibilidad de un tercer mandato, no sólo porque la Constitución lo permite, sino porque una buena gestión de gobierno ofrece la legitimidad para hacerlo.

Para algunos analistas, decisiones de este tipo son una muestra de “autocontención” ante la tentación de mantener el poder de forma indefinida y detonada por el desgaste político y personal, la necesidad de no ser un ex presidente incómodo y mandar a su partido político a un abismo del que no pueda salir.

No obstante, muchos son partidarios de limitar estas decisiones al ámbito de lo estrictamente personal, y evitar que haya una aceptación más allá (ya sea en Estatutos de partidos o en leyes electorales) que haga que cualquier intento de un tercer mandato sea visto por la ciudadanía como “políticamente incorrecto”.

A la par de ese debate, para los socialistas españoles se perfila un año intenso, ya que deberán buscar salir bien de la gestión de la crisis económica, obtener buenos resultados en las elecciones municipales de mayo, y a la vez encontrar un nuevo líder y candidato.

Con su anuncio este sábado, el mandatario abrió tres frentes en el PSOE: que los candidatos a los comicios de mayo salgan con buenos resultados, prepararse para tener un nuevo candidato en 2012 y hacer que su gestión de la crisis económica beneficie ambos procesos.

Rodríguez Zapatero pidió a los principales dirigentes socialistas nacionales, regionales y miembros de su gobierno “respeto y actitud leal ante los tiempos” de cara a la elección de un nuevo candidato.

No obstante, sin que la reunión del Comité Federal terminara en los pasillos de la sede socialista de la calle Ferraz de Madrid se retomaron las apuestas, quinielas y pronósticos sobre quiénes son los que podrían alcanzar esa candidatura.

El nombre del vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, es el que más mencionan sus propios compañeros; seguido de la ministra de Defensa, Carme Chacón.

En el corto plazo, para los socialistas se vienen días para digerir la decisión de su mandatario, y de asumir los retos que se les presentan, en medio de las críticas internas y externas que de ella se derivan.

Asimismo, la incertidumbre sobre quién será el candidato arreciará las críticas desde el Partido Popular, que tras conocer la decisión de Rodríguez Zapatero van dirigidas algunas de ellas a pedir elecciones anticipadas.

Para muchos de los “barones” socialistas, hay dos claves que incidirán en la ruta hacia marzo de 2012: el resultado de las elecciones municipales y autonómicas de mayo próximo, y las posibles mejoras económicas que las reformas de Rodríguez Zapatero puedan brindar y capitalizarse a su favor.