Al Asad visita Idlib mientras se acerca el fin del alto el fuego con Turquía

El presidente sirio, Bachar al Asad, visitó hoy el frente de batalla en las cercanías de la norteña provincia de Idlib, último feudo rebelde del país, mientras las tropas del Ejército continúan su despliegue en zonas kurdas ante el final de la tregua acordada por Turquía y Estados Unidos.

Al Asad se dejó ver este martes cerca del frente de batalla en el bastión insurgente de Idlib (noroeste), adonde no acudía desde el estallido del conflicto armado en Siria en 2011 y donde las fuerzas gubernamentales luchan desde el pasado abril y han recuperado parte de la región controlada por los opositores.

Según la presidencia siria, que ha difundido imágenes del gobernante en el pueblo de Al Habit, en el sur de Idlib, Al Asad insistió en su deseo de retomar "cada centímetro" del territorio sirio y llamó "ladrón" al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que lanzó una ofensiva en el noreste de Siria el pasado día 9.

Este martes las tropas de Damasco se han aproximado a la zona fronteriza con Turquía de la que Erdogan quiere expulsar a las milicias kurdosirias para reasentar posteriormente en esta área a unos dos millones de refugiados árabes sirios, algo que los kurdos consideran una "limpieza étnica".

Según la agencia de noticias estatal siria, SANA, las fuerzas gubernamentales han continuado su despliegue en la provincia de Al Hasaka (noreste) y han entrado en varios pueblos próximos a Tal Tamer, cerca del frente de batalla donde están posicionadas las tropas turcas y los rebeldes sirios que las apoyan.

Asimismo, señaló que las unidades militares se están desplegando en la carretera que une Al Hasaka y la provincia de Alepo, conocida como M-4, que recorre Siria de este a oeste y que Turquía también quiere controlar.

El Gobierno sirio llegó a una acuerdo con los kurdos para hacer frente juntos a los turcos y repeler su asalto, que puede reanudarse esta misma noche cuando expire la tregua de cinco días pactada por Ankara y Washington.

Desde el pasado jueves está en vigor un alto el fuego entre las tropas turcas y las milicias kurdosirias, que en este periodo tenían que abandonar esa franja fronteriza, según el acuerdo mediado por Estados Unidos.

Sin embargo, las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), la principal alianza de milicias liderada por kurdos, se han retirado únicamente de la ciudad siria fronteriza de Ras al Ain y aún no han anunciado si lo harán del resto de áreas reclamadas por Turquía.

"Las fuerzas de las FSD se han retirado solo de Ras al Ain hasta ahora por varias causas", indicó hoy a Efe un portavoz militar de esta alianza, Mervan Qamishli, agregando que no han salido de otras zonas por "los ataques del Estado turco (...), que no es serio a la hora de acatar los puntos del acuerdo".

De no cumplirse la retirada de las fuerzas kurdosirias a las 22.00 hora local (19.00 GMT), cuando expira el alto el fuego, Ankara reanudará las operaciones militares a las 22.01, según avisó el ministerio de Defensa turco.

La violencia no se ha detenido en las pasadas 120 horas de tregua, sobre todo por parte de las facciones rebeldes sirias aliadas de Ankara, y según la Media Luna Roja Kurda -ONG local no federada- se han producido 21 bajas civiles y 27 heridos.

Desde el comienzo de la actual campaña militar turca en el norte de Siria, unas 176.000 personas se han visto desplazadas de sus hogares, según los últimos datos de la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA) en Siria.

En un comunicado, el coordinador humanitario de la ONU para Siria, Imran Riza, que ha visitado recientemente el noreste del país, aseguró haber visto a "familias que han sido desplazadas en numerosas ocasiones de un lugar a otro" y "muchos han llegado a los refugios colectivos sin pertenencias personales".

Asimismo, instó a las partes a "asegurar un ambiente para poder continuar" el trabajo humanitario en un terreno en el que numerosas ONG internacionales han suspendido sus actividades por la volatilidad de la situación en la región.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, cifró este martes en 80.000 a los niños que se han visto desplazados desde el estallido de la violencia y, de ellos, unos 2.000 han huido hacia la región del Kurdistán iraquí, fronteriza con las áreas kurdas del noreste de Siria.