Alemania teme que el atentado de París alimente su brote islamófobo

El mundo aún seguía consternado por las imágenes del ataque que el miércoles dejó 12 muertos en París cuando el grupo islamófobo alemán Pegida, que viene sacando a miles de personas a la calle contra la supuesta "islamización de Occidente", convirtió el atentado en un argumento más contra el islam.

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"Los islamistas contra los que Pegida viene advirtiendo desde hace 12 semanas mostraron en Francia que son incapaces de democracia y que apuestan por la violencia y la muerte como solución", publicó Pegida en su página de Facebook la noche del miércoles. "¿Tiene que ocurrir una tragedia así en Alemania?".

El intento de aprovechar la indignación global desatada por el salvaje ataque a la revista satírica "Charlie Hebdo" demuestra que el baño de sangre en París coincide con un momento delicado en Alemania.

Políticos y analistas observan con preocupación el crecimiento exponencial de Pegida (acrónimo de "Europeos Patrióticos contra la Islamización de Occidente"), que esta semana -antes del atentado- reunió un récord de 18,000 asistentes en sus marchas de los lunes en la ciudad de Dresde.

Lamya Kaddor, presidenta de la Unión Liberal Islámica de Colonia y profesora de religión, advirtió a la agencia dpa que "el acto bárbaro" perpetrado en París podría echar ahora más combustible al fuego islamófobo en Alemania y "calentar las tendencias contra el islam" que vienen aflorando en el país.

En Alemania viven alrededor de cuatro millones de musulmanes, cerca de un cinco por ciento de los 80 millones de habitantes, lo que convierte al país en el segundo con más seguidores del islam en Europa occidental, por detrás precisamente de Francia.

En ese contexto y ante las noticias de París, los políticos del gobierno de Angela Merkel y la oposición se apresuraron en marcar la diferencia que pasa por alto Pegida: sólo una ínfima minoría de esos musulmanes es potencialmente radical.

"La opinión pública alemana tiene que entender que (los autores del atentado) eran extremistas que no tienen nada que ver con el islam. Extremistas hay en toda sociedad", dijo hoy el ministro de Justicia, Heiko Maas, en una rueda de prensa dedicada a marcar esa diferencia y rechazar una "guerra de culturas".

Sin embargo, la confusión entre musulmanes e islamistas parece ser en Alemania una tendencia que va más allá de extremistas y que afecta a una mayoría de la sociedad, según un revelador estudio sobre la percepción del islam publicado hoy por la fundación Bertelsmann.

Un 57 por ciento de los no musulmanes consultados para el informe perciben el islam como una amenaza, mientras que un 61 por ciento cree que el islam no encaja en el mundo occidental. Ambos datos aumentaron en comparación con la anterior consulta en 2012.

El estudio reveló también que los prejuicios no dependen del nivel educativo, la extracción social o la orientación política, sino sobre todo de la edad (los mayores ven con más temor el islam) y del nivel de contacto personal (el rechazo es mayor en regiones con menos musulmanes).

De esos prejuicios se alimenta Pegida, un movimiento novedoso por aglutinar no sólo a extremistas y neonazis, sino también a ciudadanos corrientes, atemorizados y frustrados con la política tradicional. ¿Crecerá ese grupo tras el horror de París? La respuesta, el lunes en la próxima marcha de Pegida.