El administrador de la ACP, Jorge Quijano, calificó de "imposible" los argumentos de los contratistas, quienes ofrecieron poner 100 millones de dólares para continuar la construcción del tercer juego de esclusas, pero a cambio de que la empresa canalera les dé un anticipo de 400 millones.
"Esperamos que el Gupc recapacite", resaltó el administrador, quien añadió que la ACP está dispuesta a asumir el proyecto ante la posibilidad de la falta de arreglo entre las partes.
El Gupc está integrado por la empresa española Sacyr Vallehermoso, la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul, y la panameña Constructora Urbana S.A., y exige a la ACP el pago de 1.600 millones de dólares en sobrecostos en imprevistos durante las fases de excavación y construcción.
No obstante, Quijano adujo que los reclamos son "insostenibles" y que la ACP no se convertirá en "rehén" del consorcio, que dio un plazo de 21 días para la suspensión de las obras de ingeniería, en caso de que la ACP no acceda a sus demandas.
La expansión del Canal de Panamá debe ser concluida a más tardar en junio de 2015, para permitir el tránsito de enormes buques "post Panamax" a través de la vía acuática, administrada por panameños desde el 31 de diciembre de 1999.
Al respecto, el presidente de la Cámara Marítima de Panamá, Willys Delvalle, señaló que los pasos para un arreglo están estipulados en el contrato de concesión, en el que fueron tomados en cuenta aspectos de precio y propuestas técnicas.
Delvalle subrayó que cuando el Gupc suscribió el contrato del tercer juego de esclusas, por 3.200 millones de dólares, el contratista sabía cómo y cuáles eran los métodos de reclamación. Enfatizó que "sacar algo fuera del mismo, simplemente no procede".
En medio de la incertidumbre provocada por el ultimátum de la paralización, el presidente panameño, Ricardo Martinelli, dio garantías a la comunidad marítima internacional de que el tercer juego de esclusas será concluido en el tiempo previsto.