En un informe al Consejo de Seguridad sobre la situación en Medio Oriente, Ban Ki-moon destacó nuevamente la ilegalidad de esas acciones israelíes.
"Las demoliciones punitivas son un castigo colectivo, un proceder prohibido por la ley internacional. No han probado ser disuasivas y sí alimentan las tensiones al exacerbar los sentimientos de injusticia y odio", aseveró.
Ban se refirió a la escalada de violencia de los últimos seis meses, que ha dejado a 30 israelíes y 200 palestinos muertos y llamó a los líderes de ambos pueblos a desalentar la violencia y a estimular un diálogo constructivo que fomente la confianza.
Por otra parte, señaló que el Cuarteto de Paz para Medio Oriente elabora un análisis con la intención de avanzar a la solución de dos Estados.
El titular de la ONU lamentó que dicha solución parezca cada vez más lejana y recordó que la impaciencia y la desesperación a este respecto es una de las causas de la violencia.
Esa falta de progresos políticos niega el desarrollo económico y el potencial humano de millones de personas en los territorios palestinos ocupados, apuntó.
Ban llamó a renovar los esfuerzos internacionales para propiciar un entorno que permita la reanudación del diálogo entre las partes y conduzca a la solución de dos Estados.
Para salir del actual impasse político hace falta compromiso, respeto mutuo, liderazgo y aceptación de los dos Estados como la única vía hacia la paz, concluyó Ban.