En su encuesta “Actitudes respecto a la tortura”, AI sitúa a Brasil como el primero de un grupo de 21 países donde más temor existe a ser maltratado por las fuerzas de seguridad.
Asimismo 83 por ciento de los brasileños apoya el establecimiento de normas claras y estrictas para evitar el uso de la tortura por parte de las fuerzas públicas, según el sondeo, que entrevistó a más de 21 mil personas entre diciembre de 2013 y abril de 2014 en 21 países.
“Este estudio demuestra que, para una gran mayoría en el país, existe el temor de sufrir tortura si se está bajo custodia del Estado”, según el grupo defensor de los derechos humanos.
“Es un dato relevante y muestra que Brasil todavía tiene mucho que avanzar respecto al arraigado uso de esta práctica en su territorio”, dijo Alexandre Ciconello, asesor de AI en Brasil.
En el informe anual, titulado “La tortura en 2014. 30 años de promesas incumplidas”, AI destacó que “en Brasil, los informes sobre abusos policiales se han incrementado en relación con las protestas celebradas durante el periodo previo a la Copa del Mundo 2014, y también durante operaciones militares en barrios marginales de ciudades grandes como Río de Janeiro".
Prácticas policiales consideradas como torturas son denunciadas de forma recurrente por la prensa en acciones de la policía militar en las favelas.
Además algunas películas, como la célebre “Tropa de Elite”, denuncian la brutalidad ejercida en ocasiones por las fuerzas del orden en sus operaciones.
La encuesta de AI también indicó que sólo 19 por ciento de los brasileños considera aceptable el uso de la tortura en cualquier circunstancia.
“Es un dato positivo. Menos de una quinta parte de la población brasileña defiende que la tortura puede ser justificada. La media global fue casi el doble”, dijo Ciconello.
Amnistía pide a los gobiernos que implanten mecanismos de protección para prevenir la tortura, como exámenes médicos, acceso rápido a abogados, control de los centros de detención y la condena de supuestos torturadores.