Brasil sigue en letargo económico ante incertidumbre electoral

Aunque parecía haber salido de una dura y larga recesión el año pasado, Brasil se apuntó en el primer trimestre de 2018 un nuevo retroceso del Producto Interno Bruto (PIB), arrojando dudas sobre la recuperación en vísperas de las cruciales elecciones de octubre, donde ni siquiera está claro quién podrá participar.

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Los datos publicados este miércoles por el Banco Central señalan que en los primeros tres meses del año la economía cayó 0.13 por ciento, al apuntarse una contracción del 0.74 por ciento en marzo.

La contracción económica trimestral es la primera desde finales de 2016, cuando el país superó una recesión que, en dos años, provocó una caída del PIB de 7.0 por ciento.

Asimismo, la aguda caída en marzo superó las peores expectativas de los analistas y los bancos, que llevan semanas revisando a la baja las previsiones de crecimiento de este año, inicialmente situadas en el 3.0 por ciento y ahora más cercanas al 2.0 por ciento.

El indicador del Banco Central de este miércoles (llamado de IBC-Br y considerado provisional, pues los datos del PIB oficiales los publica otra institución oficial en Brasil) suponen un nuevo jarro de agua fría para un país con más de 13 millones de desempleados que, de nuevo, vuelve a notar los efectos del alza del petróleo y el dólar.

La caída de la actividad en el primer trimestre del gigante sudamericano es un nuevo dato que revela la fragilidad de la recuperación económica de Brasil, que perdió el 7.0 por ciento de su PIB entre 2014 y 2016 y el año pasado apenas creció al 1.0 por ciento.

La moneda brasileña, el real, acumula desde hace días récords de depreciación frente al billete verde estadunidense y -próximo a las 3.65 unidades por dólar- está en su mínimo desde abril de 2016, la víspera del inicio del juicio político a Dilma Rousseff, un momento de gran turbulencia política.

El presidente de Brasil, Michel Temer, dijo el martes, con motivo de su segundo año al frente del país, que logró sacar la economía de los números rojos, pero lo cierto es que los indicadores están lejos de haber terminado con las dudas sobre la economía.

En marzo el desempleo volvió a subir y llegó hasta 13.1 por ciento, con 13.7 millones de brasileños que no logran tener un trabajo, mientras la actividad industrial de un país que produce millones de vehículos y máquinas para todo el continente también retrocedió.

El aumento del precio del petróleo, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y, en particular, la incertidumbre por los comicios de octubre, donde no está claro cuál será el escenario electoral con Luiz Inacio Lula da Silva encarcelado, pero liderando las encuestas, frenan las inversiones y la actividad.

Así, economistas y expertos financieros pronostican que el país podría crecer menos de lo esperado, apenas 2.76 por ciento este año y 3.0 por ciento en 2019, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo que Brasil crecerá cerca de 2.3 por ciento en un año crucial por las elecciones presidenciales de octubre.

Fuente: Notimex