Católicos y ortodoxos piden unidos la reconciliación de Polonia y Rusia

Los representantes de la iglesia Católica de Polonia y de la Ortodoxa de Rusia firmaron hoy en Varsovia un histórico documento en el que piden a los pueblos de ambas naciones que perdonen los errores cometidos en el pasado y avancen hacia una reconciliación definitiva.

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El patriarca Kirill (izq), cabeza de la Iglesia Ortodoxa Rusa, y el presidente de la Conferencia Episcopal polaca (KEP), el arzobispo metropolitano, Jozef Michalik (der) firman una petición al las naciones rusa y polaca a reconciliarse, en el castillo Rea

El patriarca Kirill, cabeza de la iglesia Ortodoxa Rusa, y el católico Jozef Michalik, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, suscribieron hoy este documento, considerado trascendental para superar la difícil historia de invasiones, matanzas y guerras entre ambos países.

"Cada polaco y cada ruso deben de ver en el otro a un amigo y a un hermano", reza el texto que ambos jerarcas firmaron hoy ante las principales autoridades políticas y religiosas de Polonia.

Este documento se inspira en la carta de reconciliación enviada por la Iglesia Católica polaca a la alemana en 1965, donde se declaraba: "Perdonamos y pedimos perdón" por las atrocidades cometidas durante la II Guerra Mundial.

El presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, quien mantuvo previamente un encuentro con el patriarca Kirill, destacó que "el diálogo entre ambas naciones es la llave para una reconciliación profunda".

El patriarca Kirill llegó ayer a Polonia, en una visita calificada de histórica por las perspectivas abiertas a favor de un acercamiento entre Varsovia y Moscú.

Se trata de la primera visita de un patriarca ruso a la católica Polonia, donde las relaciones entre las dos confesiones no siempre han sido fáciles.

La historia bilateral está marcada por el dominio ruso sobre parte del territorio polaco entre finales del siglo XVIII y comienzos del XX, el pacto Ribbentrop-Molotov por el que Alemania y la Unión Soviética, respectivamente, se repartieron Polonia en la II Guerra Mundial, la matanza en Katyn de más de 22,000 oficiales polacos en 1940 o la imposición del comunismo tras el conflicto armado.