Científicos "ocupan" la sede del mayor ente público de investigación de Italia

Unos 400 científicos italianos han ocupado una parte de la sede del Consejo Nacional de Investigaciones (CNR) en Roma, el mayor ente público de estudios científicos, para denunciar sus contratos precarios y el inminente riesgo de despido.

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Un grupo de científicos protesta a las puertas de la sede en Roma del Consejo Nacional de Investigaciones (CNR), para denunciar sus contratos precarios y el inminente riesgo de despido. EFE/Gonzalo Sánchez

"Queremos que se reconozca nuestro derecho a la estabilidad, que conseguimos superando varios concursos y tras años de trabajo sin protección", explica a Efe Simona Musazzi, experta en el estudio de lagos y que encadena contratos temporales desde hace dieciséis años.

Ella es una de las decenas de investigadoras precarias congregadas a la puerta de la sede del CNR, una protesta que han hecho fija desde el 18 de noviembre hasta que su situación mejore, ocupando una de las salas del edificio, que custodian también por la noche.

Este miércoles recibieron la visita del secretario del mayor sindicato del país, la CGIL, Maurizio Landini, que escuchó sus reclamaciones y les expresó su solidaridad.

Los expertos, físicos, matemáticos o geólogos, exigen a la dirección del CNR un contrato indefinido tras años de "precariedad" e "incertidumbre", señala otra de las manifestantes, Virginia Zamparelli, ingeniera de telecomunicaciones.

"Algunos trabajamos con contratos que expiran en un año, incluso en seis meses en algunos casos, y su renovación depende de los fondos del momento. Hay épocas que se trabaja gratis", lamenta esta especialista en control de suelos en caso de catástrofes.

Esto genera una gran "incertidumbre" en el día a día: "No tenemos posibilidad de pedir una hipoteca y carecemos de seguro sanitario y de una serie de derechos laborales", denuncia Zamparelli.

La situación de estos investigadores es especialmente difícil habida cuenta de que en muchos casos el próximo diciembre acabarán sus enésimos contratos temporales, con la imposibilidad de una nueva renovación debido a la legislación laboral vigente.

"Nuestros contratos no pueden ser renovados porque hemos superado el límite de seis años y los contratos indefinidos están bloqueados, así que en diciembre o nos contratan o tendremos que buscarnos la vida", advierte Musazzi.

La dirección del CNR, presidido por la exministra de Educación Maria Chiara Carrozza, la primera mujer en este cargo, ha propuesto la regularización de cincuenta investigadores, una cifra que los sindicatos y organizadores de la protesta ven del todo insuficiente.

Máxime cuando, aseguran, hay fondos más que suficientes para ello, unos 33 millones de euros (unos 37 millones de dólares al cambio actual) gracias a un decreto para la recuperación tras la pandemia aprobado en junio de 2020.

Zamparelli explica que su posible despido no solo es un problema para ellos, que en cualquier caso podrán buscar trabajo en otros organismos y hasta en el sector privado, sino que también es un derroche para el Estado que durante años invirtió en su formación.

"Un investigador como nosotros (...) cuesta mucho. Si no somos contratados, habrán preparado personal que probablemente tendrá que vender sus habilidades en otros sectores", alega.

Sin embargo, creen que otro problema en caso de que no se regule su situación tiene que ver con la dificultad de enrolarse de nuevo al mercado laboral, dada su amplia especialización, pero también por la edad de estos investigadores, que rondan una media de 40 años.