Según los documentos, el EI realizó actividades de espionaje y vigilancia a gran escala al comenzar su ofensiva en Siria. A través de supuestas oficinas misioneras islámicas habrían sido adiestrados en ciudades y pueblos del norte de Siria espías disfrazados de predicadores para que recabaran información sobre las relaciones de poder y los puntos débiles en esas localidades.
En una fase siguiente, unidades especiales encargadas de "asesinatos" y "secuestros" deberían eliminar a dirigentes carismáticos y líderes rebeldes para sofocar temprano una potencial resistencia. Solo después deberían lanzarse ataques militares apoyados por "células durmientes" con armas y combatientes.
Según "Der Spiegel", investigaciones realizadas durante varias meses en varias provincias del norte de Siria llegaron a la conclusión de que los planes del EI fueron implementados escrupolosamente.
Otros archivos, originarios del cuartel general del EI en Alepo, que la milicia terrorista abandonó a principios de 2014, contienen cientos de páginas de protocolos sobre métodos para espiar, vigilar y someter las regiones conquistadas. (DPA)