EEUU impulsa su influencia en el Sudeste Asiático con la donación de vacunas

Estados Unidos trata de reforzar su influencia en el Sudeste Asiático con el apoyo en la lucha contra la pandemia, lo que quedó plasmado durante la visita a Vietnam de la vicepresidenta, Kamala Harris, que este miércoles anunció la donación de vacunas y la creación de un centro de control de enfermedades para la región.

Harris se comprometió a donar al país indochino un millón de dosis contra la covid-19 de la farmacéutica Pfizer, que comenzarán a llegar en las próximas 24 horas y que se suman a los cinco millones de vacunas donados en los últimos meses por EE. UU. a Vietnam, que trata de frenar su rebrote más devastador.

"Sé que la población vietnamita afronta un tiempo difícil ahora", dijo Harris, que se convirtió hoy en la primera vicepresidenta estadounidense en visitar el país indochino, con reuniones con el presidente del país, Nguyen Xuan Phuc, y con el primer ministro, Pham Minh Chinh.

La vicepresidenta ha insistido desde el inicio oficial de su gira por el Sudeste Asiático el lunes en Singapur en el compromiso de EE. UU. en colaborar con los países de la zona en la lucha contra la pandemia y en que las donaciones de vacunas y otros equipamientos no conllevan ninguna contrapartida porque "se trata de salvar vidas".

Las vacunas son parte esencial de la estrategia de la Administración de Joe Bien por ganar influencia en el Sudeste Asiático, una región donde dominan los chinas pese a haber recibido la quinta parte de los 110 millones de dosis donadas por EE. UU. en el mundo.

La donación de EE. UU. a Vietnam se hizo pública un día después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores vietnamita diera las gracias a Pekín por el compromiso de entregarle dos millones adicionales de vacunas, sin especificar por el momento de qué farmacéutica.

Vietnam es uno de los países de la zona con mayor diversidad en el origen de sus donaciones y adquisiciones, pero buena parte de la región ha apostado de forma mayoritaria por las vacunas chinas.

Además, el apoyo en la lucha contra la covid-19 de EE. UU. a Vietnam incluirá la donación de 23 millones de dólares en asistencia técnica contra la pandemia para facilitar el acceso a vacunas y medicinas y el reparto de 77 congeladores especiales para almacenar las dosis.

Harris presidió durante la tarde en Hanói la creación del Centro de Control de Enfermedades de EE. UU. en el Sudeste Asiático, en la que participaron de forma virtual los ministros de Salud de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y Papúa Nueva Guinea.

El objetivo del centro, uno de los cuatro de este tipo en el mundo, es trabajar con los países de la región para mejorar la capacidad de respuesta y previsión de emergencias sanitarias.

PRESIÓN SOBRE PEKÍN

Al igual que hizo la víspera en Singapur, Harris no rehuyó las críticas directas a Pekín, sobre todo por su actitud "intimidatoria" en el Mar de China Meridional, donde mantiene tensiones territoriales con cinco países de la región por la soberanía de dos archipiélagos.

"Tenemos que encontrar maneras de presionar e incrementar la presión sobre Pekín para que cumpla con la Convención de Naciones Unidas sobre la Ley del Mar y desafiar sus excesivas e intimidatorias reclamaciones marítimas", afirmó Harris, quien se comprometió a mantener una fuerte presencia de la Marina en esas aguas para defender la libertad de navegación.

Esta mayor cooperación en materia de seguridad con Vietnam se puede traducir en la venta de una patrullera guardacostas de EE. UU. a Vietnam (sería la tercera de este tipo), que está pendiente de aprobación por el Congreso de Washington.

Entretanto, en China la prensa oficial calificó hoy la visita de Harris como "un intento en vano de fortalecer la presencia estadounidense en Asia-Pacífico", en palabras del diario de corte nacionalista Global Times, que en un editorial enfatiza que "la imagen de Washington se ha derrumbado" tras la retirada de sus tropas de Afganistán.

Según expertos locales citados por el periódico, los países del sudeste asiático "no seguirán la llamada de Estados Unidos" para evitar "dañar" sus relaciones con China.

"La mayoría de los países de la región no habían elegido antes entre China y Estados Unidos y no lo van a hacer ahora. Por mantener un equilibrio ante las grandes potencias y porque no están convencidos de las promesas vacías de Washington", asegura el académico Lu Xiang al rotativo.

VESTIGIOS DE LA GUERRA

Por otra parte, Harris acordó con los líderes vietnamitas una mayor cooperación en la lucha contra la crisis climática global, en la que Vietnam es especialmente vulnerable, y un refuerzo de la cooperación económica con apoyo a la transición digital y a las mujeres emprendedoras y una reducción de los aranceles sobre la importación de carne de cerdo de EE. UU. a Vietnam.

La vicepresidenta también trató el legado de la Guerra de Vietnam, con la aportación de 17.5 millones de dólares para la limpieza de explosivos en zonas especialmente afectadas durante el conflicto y el apoyo a colectivos de víctimas.

Harris concluirá mañana en la capital vietnamita su gira por el Sudeste Asiático en la que ha tratado de reforzar la influencia de EE. UU. en la zona, tras la visita el mes pasado a Singapur, Vietnam y Filipinas del secretario de Defensa Lloyd Austin.