El Brexit y la pandemia, desafíos del Reino Unido en el nuevo curso político

El Reino Unido empezó este martes el nuevo curso político y académico, con la reapertura del Parlamento y de las escuelas y con el reto de sortear desafíos como un acuerdo con la Unión Europea (UE) pos-Brexit y evitar que una eventual segunda ola de la COVID-19 castigue aún más la economía del país.

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Al igual que los diputados vuelven a la Cámara de los Comunes, empieza el retorno escalonado de los escolares a las aulas, después de una ausencia de más de cinco meses para la gran mayoría debido al confinamiento dispuesto en marzo para evitar la propagación del coronavirus.

NUEVO CURSO POLÍTICO

El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, celebró hoy la primera reunión del Gobierno del curso político y confirmó a Simon Case como el nuevo secretario del Gabinete, un puesto destacado al ser responsable de la administración pública y de asegurar que funciona toda la compleja maquinaria del Ejecutivo.

Al comenzar la reunión, celebrada en una amplia sala del ministerio de Exteriores a fin de poder respetar la reglamentaria distancia social, Johnson comentó a sus ministros que la gente, "en grandes números", está volviendo a las oficinas.

"Y, por supuesto, sabemos que aún habrá más de esta horrible enfermedad y, aunque sabemos que habrá más brotes, también estamos totalmente confiados en que vamos a poder lidiar con esos brotes y poco a poco este increíble país se recuperará", dijo Johnson en unos comentarios divulgados por la cadena Sky.

El Gobierno se enfrenta ahora al impacto político de un posible rebrote del coronavirus, después de las críticas recibidas en los últimos meses por haber dispuesto demasiado tarde el aislamiento de la población, a finales de marzo, cuando miles de personas ya estaban infectadas y el número de muertos aumentaba cada día.

Desde el comienzo de la pandemia un total de 41,501 personas han fallecido por la COVID-19 en el Reino Unido, mientras que en las últimas horas el país ha notificado otros 1,406 casos de la enfermedad.

"Creo que el mayor desafío es la creciente inquietud de los diputados conservadores, sobre todo de los recién elegidos (2019), que creen que el Gobierno no gestionó bien los problemas", señaló a Efe Wyn Grant, experto político de la Universidad de Warwick.

NEGOCIAR UN ACUERDO POS-BREXIT

Tras la retirada del Reino Unido de la Unión Europea (UE) el pasado enero, el Ejecutivo de Johnson participa en unas complicadas negociaciones con Bruselas para alcanzar en el actual periodo de transición -que terminará el próximo 31 de diciembre- un pacto que establezca la futura relación comercial y de seguridad entre las partes.

Este 7 de septiembre, el Reino Unido y el club europeo empiezan en Londres la octava ronda de negociaciones, pero las conversaciones no han conseguido los avances esperados debido a desacuerdos importantes como el acceso de la flota pesquera comunitaria a las aguas británicas, pero sobre todo en materia comercial, dado que el 49 % de ese intercambio se hace con los países comunitarios.

Pero cada vez parece más probable que Londres y Bruselas no lleguen a un pacto en este periodo de transición (también llamado de implementación), teniendo en cuenta que hay poco tiempo.

"Una extensión del periodo de transición es poco probable. O conseguimos algún tipo de acuerdo comercial, tal vez pequeño, o nos marchamos sin uno. La opción es así de difícil", señaló a Efe Tim Bale, profesor de Política de la Universidad Queen Mary de Londres.

Simon Lee, profesor en la Universidad de Hull, tampoco vislumbra un pacto con la UE aunque confió en que, "para beneficio de todas las partes", se extienda el periodo de transición.

EVITAR QUE LA PANDEMIA CASTIGUE MÁS A LA ECONOMÍA

En octubre termina el programa del Gobierno británico que ha permitido garantizar 330,000 millones de libras (366,300 millones de euros) en préstamos a empresas afectadas para que pudieran pagar hasta el 80 % de los salarios de los trabajadores.

El Ejecutivo se enfrenta, entonces, al dilema de mantener la COVID-19 bajo control, con la imposición del confinamiento cuando haya brotes localizados, y evitar el desplome de la economía, después de que el país entrase oficialmente en recesión en agosto tras registrar dos trimestres consecutivos de contracción económica.

El fuerte coste de las ayudas del Gobierno ha disparado la deuda británica hasta alcanzar el 100,5 % del Producto Interno Bruto (PIB), algo no visto en más de 40 años.

"No creo que la economía del Reino Unido -dijo Simon Lee- pueda evitar un retorno al desempleo masivo de principios de los (pasados) años ochenta, con posibles disturbios como consecuencia", a menos que Johnson aplique un programa al estilo (Franklin) Roosevelt, diseñado por ese expresidente de EE.UU. para garantizar proyectos de empleo tras la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado.