El cierre de los túneles aumenta la inquietud en Gaza

El progresivo cierre de los túneles entre Gaza y Egipto, sin que haya una alternativa como la apertura completa de los cruces a productos de todo tipo, ha aumentado la inquietud entre la población de la franja palestina.

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Imagen del subsuelo de la frontera sur de Gaza y Egipto, agujereado de pasadizos que abastecían la franja de productos básicos como alimentos, combustible y medicinas y que desafiaban el férreo bloqueo que impuso Israel tras la toma del territorio por el

Abu Yamal, propietario de uno de los subterráneos que prefiere no dar su verdadero nombre por razones de seguridad, azuza entre gritos a sus empleados para que se den prisa e introduzcan a la mayor brevedad los sacos de gravilla y materiales de construcción traídos desde Egipto a través del túnel.

Este palestino de 42 años explica que vocea a los obreros, que se afanan en extraer los sacos repletos del túnel, "para que saquen el material antes de que los egipcios al otro lado lo cierren".

El subsuelo de la frontera sur de Gaza y Egipto se encontraba agujereado de pasadizos que abastecían la franja de productos básicos como alimentos, combustible y medicinas y que desafiaban el férreo bloqueo que impuso Israel tras la toma del territorio por el movimiento islamista Hamás en junio de 2007.

En los años de mayor auge se llegaron a contabilizar unos 1.200 túneles, de los que hoy apenas sobreviven 260, en particular después de que Israel aliviara el cerco en 2010 y Egipto destruyera decenas de ellos.

Hace dos semanas, las autoridades egipcias anunciaron que están trabajando para cerrar todos los subterráneos pronto.

Ahmed Yusef, asesor del gobierno del primer ministro de Hamás, Ismail Haniye, defendió esta semana que el empleo de los túneles para desafiar el bloqueo israelí sobre la franja de Gaza "fue la mejor y única opción de la población para sobrevivir y adquirir productos básicos y combustible".

Yusef subrayó que "el cierre de los túneles sin ninguna garantía es inaceptable" y que, "si El Cairo quiere cerrar todos ellos, entonces Egipto e Israel deben poner fin de una vez por todas al injusto bloqueo que sigue vigente en Gaza desde 2006".

Los propietarios de los pasadizos en la ciudad de Rafah, fronteriza con Egipto, denuncian que del otro lado están llenando los conductos con desperdicios y aguas negras, y que las autoridades egipcias bloquean el acceso de vehículos para descargar la mercancía.

De acuerdo a la organización de derechos humanos Al Mizan, con sede en Gaza, desde que comenzaron a cavarse los túneles más de 232 palestinos murieron y 600 resultaron heridos por el desprendimiento o colapso de los mismos, o en ataques de la Fuerza Aérea israelí.

Tanto los residentes como los gobernantes de Hamás, que cobraban impuestos especiales por la actividad desarrollada gracias a los túneles, han expresado su preocupación por el inminente cierre de los túneles si no se vislumbra una alternativa como la completa apertura de los cruces entre Israel y la franja.

De hecho, esa era una de las esperanzas que albergaban los habitantes de Gaza tras el acuerdo de alto el fuego gestionado por El Cairo y que puso fin al último enfrentamiento bélico entre Israel y Hamás en noviembre pasado, en el que murieron unos 170 palestinos y seis israelíes en ocho días de combates.

Pero, según dijo a Efe Raed Fatuh, funcionario palestino encargado de la coordinación en el cruce de Kerem Shalom, en el sur de la franja, "si se compara la situación antes y después del acuerdo de tregua de noviembre, no ha habido un cambio sustancial sobre el terreno".

Fatuh reconoce que "Israel ha aumentado el número de productos que permite entrar en Gaza a través de los cruces, pero sigue prohibiendo muchos otros, principalmente de construcción, industria y agricultura" y que lo que se requiere es el fin de las limitaciones y la apertura permanente de los cruces.

Aunque Israel ha levantado considerablemente el cerco, continúa controlando el espacio aéreo y marítimo de la franja.

Los pescadores sostienen que antes de la tregua con Israel, tenían limitado el área de pesca a tres millas y que, tras el acuerdo, la zona se amplió a seis, aunque apuntan que el hostigamiento de las fuerzas israelíes sobre ellos no ha variado.

"Es verdad que la zona de pesca se ha ampliado a seis millas, pero la Marina israelí sigue persiguiendo a nuestras embarcaciones, arresta a pescadores y nos obliga a arrojar nuestras capturas al mar", lamentó a Efe Ahmed Fayad, un pescador gazatí.