El Consejo de Seguridad se dirige a otra pelea por ayuda humanitaria a Siria

El Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para vivir en los próximos meses una nueva batalla en torno a las entregas de ayuda humanitaria a Siria, después de que este jueves Rusia y las potencias occidentales mostrasen que les siguen separando grandes diferencias en esta cuestión.

El actual mecanismo de entregas humanitarias transfronterizas fue aprobado en julio del año pasado como un acuerdo de mínimos, dejando abierto únicamente un cruce con Turquía, después de que Rusia -el gran aliado del Gobierno sirio- y China frenasen hasta cuatro propuestas distintas para mantener un acceso más amplio.

El acuerdo tiene validez para un año, por lo que en los próximos meses el Consejo de Seguridad deberá discutir su renovación, antes de que expire en julio.

Según mostró un debate celebrado este jueves, las posturas vuelven a ser contrapuestas, con Rusia asegurando que, ahora mismo, se opondría a prorrogar el mecanismo.

En su discurso, el embajador ruso, Vasili Nebenzia, denunció que las entregas de ayuda a través de la frontera turca están sirviendo únicamente para enriquecer a “terroristas” en la provincia de Idlib, el último gran bastión rebelde fuera del control de Damasco.

Nebenzia se preguntó por qué, con las grandes cantidades de asistencia humanitaria que la ONU está facilitando a esa zona, Idlib es una de las áreas del país con más hambre.

“Es bien sabido que los terroristas en Idlib se están haciendo ricos”, insistió el diplomático ruso, que aseguró que mantener el actual mecanismo humanitario sería preservar el “apoyo a los terroristas”.

Desde hace años, Moscú defiende que se pongan fin a las operaciones de ayuda transfronteriza y que todo el apoyo internacional se canalice a través de Damasco.

Sin embargo, la ONU insiste en que hay zonas del país, principalmente en el noroeste, que únicamente pueden alcanzarse desde el exterior, pues sigue sin haber acuerdos para que los convoyes transiten a través de las líneas del frente dentro de Siria a pesar de que siguen buscándose compromisos.

Así lo volvió a recalcar este jueves el jefe humanitario de la organización, Mark Lowcock, quien insistió en que cancelar las entregas transfronterizas tendría consecuencias dramáticas.

“Toda la asistencia humanitaria que entra al noroeste de Siria lo hace a través de la frontera. Apoya de media a 2,4 millones de personas al mes”, recordó.

Estados Unidos y sus aliados defendieron también la necesidad de mantener abierto el cruce actual, en Bab al Hawa, pero también de recuperar otros que se han ido cerrando por exigencia rusa con el fin de garantizar que toda la población siria tenga acceso a la ayuda que necesita.

“Todos los que estamos aquí sabemos que un cruce no responde a las vastas necesidades de la población siria”, señaló el embajador adjunto estadounidense, Richard Mills.

En la misma línea se expresaron otras potencias con poder de veto como Francia y el Reino Unido.

Según la ONU, la actual crisis económica ha agravado la situación humanitaria en siria, donde unos 12.4 millones de personas (un 60 % de la población) viven en situación de inseguridad alimentaria, un aumento de 4.5 millones durante el último año.