La elección democrática de Tandja en 1999 y su reelección en 2004 había puesto fin a tres décadas de dictaduras militares y golpes de Estado, por lo que este golpe militar, en momentos en los cuales se procuraban vías de conciliación entre el Gobierno Legítimo y la oposición, suma al país y al pueblo nigerino en un camino incierto de vuelta al pasado", afirma el Gobierno en un comunicado.
Por ello, añade, Venezuela "exhorta a la comunidad internacional, incluido el Movimiento de Países No Alineados y los países miembros del Foro de Cooperación América del Sur-África (ASA), a rechazar el golpe de Estado en Níger" y "respaldar el llamado de las Naciones Unidas a la reinstalación del orden constitucional y las autoridades legitimas en esa nación de África Occidental".
Níger vivía desde hace varios meses en un clima de gran inestabilidad política tras la decisión de Tandja de ampliar su mandato presidencial más allá de los dos períodos de cinco años establecidos por la Constitución del país.
El presidente disolvió el Parlamento, que se opuso a sus intenciones, y destituyó a los miembros de la Corte Constitucional, que declararon ilegal la reforma de la Carta Magna.
El pasado agosto convocó un referéndum para aprobar la modificación constitucional, que ganó por amplia mayoría entre acusaciones de fraude y de golpe de Estado encubierto por parte de los partidos de oposición.
El denominado "Consejo Supremo para la Restauración de la Democracia" (CSRD), integrado por un grupo de oficiales que lideraron el asalto al Palacio Presidencial, decretó el toque de queda, la disolución de las instituciones del Estado y el cierre de las fronteras aéreas y terrestres del país.
El presidente derrocado permanece retenido junto a varios miembros del Gobierno en un cuartel de las afueras de la capital.
Según un comunicado de los golpistas, la junta militar que se ha hecho cargo del país ha nombrado presidente del CSRD al comandante Salou Djibo, responsable de una de las principales divisiones de Niamey.
Las ráfagas de ametralladora y disparos de armamento pesado se sucedieron durante casi tres horas en torno al Palacio Presidencial, aunque no se dispone todavía de ninguna cifra oficial de víctimas.