El Nazareno Negro de Quiapo atrae a millones de fieles a las calles de Manila

La procesión popular del Nazareno Negro de Quiapo atrajo hoy a millones de devotos y curiosos a su paso por las calles del corazón de Manila, en uno de los referentes religiosos más importantes de la única nación de mayoría católica de Asia.

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Devotos del Nazareno Negro rezan con sus toallas en alto mientras participan en la procesión del Nazareno Negro de Quiapo en Manila.

Las autoridades prevén que hasta nueve millones de personas presenciarán o participarán en este ritual de devoción a una talla de madera de tamaño natural a la que se atribuyen numeroso milagros y que arribó al país con una misión de agustinos en 1606 desde México.

El arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, ofició una misa multitudinaria organizada en la explanada del Grandstand Quirino, en el parque de José Rizal, sobre las siete y media de la mañana y precedió a la marcha del carruaje.

Sobre las diez, unos 500,000 creyentes acompañaban al Nazareno Negro en su avance entre el gentío que desbordaba, como todos los años, cualquier previsión, según la televisión ABS-CBN.

Unos fieles lanzaban pañuelos, toallas de mano y otras prendas ligeras a los devotos que flanquean la imagen para que se las devolviesen bendecidas.

Otros se abrían paso entre los feligreses sin muchos miramientos para subirse a la carroza y rozar el Cristo o para portar, aunque sean unos segundos, alguna de las dos maromas con las que decenas de cofrades tiraban de las andas al grito de "¡Viva el Nazareno!".

Sobre las dos de la tarde, 162 personas había sido atendidas por los distintos equipos médicos instalados a lo largo del recorrido, en su mayoría por hipertensión y el resto por contusiones y heridas menores.

El año pasado, el número de heridos fue de 657, y en 2011, llegó hasta 708.

La procesión, que cruzará lugares tan emblemáticos de la capital de Filipinas como los puentes de MacArthur (ida) y Quezon (vuelta) y las calles del padre Burgos, Fraternal, Duque de Alba, Nepomuceno, Bilibid Viejo o Hidalgo, desembocará en la iglesia de Quiapo a través de la plaza de Miranda.

Los organizadores esperan que el recorrido concluya sobre las siete y media de la tarde, aunque el año pasado se tardó más de 22 horas, porque se partió la carroza,

El Nazareno Negro llegó a Manila el 31 de mayo de 1606 en un galeón procedente de Acapulco que, según la leyenda, se incendió cerca de la costa filipina.

Una creencia popular sostiene que el calor de las llamas otorgó al Cristo su característico color negruzco, aunque otra versión atribuye la peculiaridad a que el artesano mexicano que la talló quiso estampar su misma tonalidad de piel a la obra.

Sus devotos le asignan incontables milagros y destacan como muestra de su gracia que ha sobrevivido numerosos desastres naturales y guerras, como los terremotos de 1645 y 1863, los incendios que calcinaron en dos ocasiones su hogar en la iglesia de Quiapo, en 1791 y 1929, y el bombardeo de Manila durante la II Guerra Mundial, en 1945.