El papa dijo a los ortodoxos que las conquistas armadas no tienen que ver con Dios

El papa Francisco recordó hoy a una delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla que "las conquistas armadas, la expansión y el imperialismo no tienen nada que ver con el Reino que anunció Jesús", en una clara referencia a la guerra que ha comenzado Rusia y que cuenta con el apoyo del patriarca ortodoxo ruso Cirilo.

Francisco consideró además que ante "el escándalo de la guerra", no hay "ninguna consideración", sino que hay "llorar, ayudar y convertirse".

"Lloramos las víctimas y el exceso de sangre derramada, la muerte de tantos inocentes, el trauma de las familias, de las ciudades, de todo un pueblo: cuánto sufrimiento en quienes han perdido a sus seres más queridos y se ven obligados a abandonar su hogar y su patria", añadió Francisco en esta audiencia.

"Ayudar a estos hermanos es un recordatorio de la caridad que, como cristianos, estamos obligados a ejercer con Jesús emigrante, pobre y herido", mientras que también es necesaria la conversión, "para entender que las conquistas armadas, la expansión y el imperialismo no tienen nada que ver con el Reino que anunció Jesús", agregó el pontífice.

El pontífice argentino también invitó a “no ceder a la tentación de amordazar la novedad disruptiva del Evangelio con las seducciones del mundo" y de convertir al Padre de todos "en el Dios de las propias razones y naciones".

"Volvamos a partir de Él, para entender que ya no es el momento de ajustar las agendas eclesiásticas según la lógica de poder y conveniencia del mundo, sino según la audaz profecía de paz del Evangelio. Con humildad y mucha oración, pero también con valentía y parquedad", dijo Francisco.

El patriarca Cirilo, máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa rusa, a la que pertenece una parte de los ortodoxos ucranianos ha justificado la invasión de Ucrania y la expansión de Rusia.

Francisco que mantuvo tras el inicio de la guerra una videoconferencia con Cirilo explicó que en aquella conversación el patriarca dedicó los primeros veinte minutos a leer todas las justificaciones de la guerra.