El rey Juan Carlos cede el testigo a Felipe VI

El rey Juan Carlos de España sanciona mañana la ley de su propia abdicación poniendo fin a 39 años de reinado. La renuncia será efectiva en la medianoche y en la mañana del jueves será proclamado rey su hijo Felipe en el Congreso de los Diputados.

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El rey Juan Carlos de España.

El Parlamento español dio hoy luz verde definitiva al relevo en el trono con la ratificación en el Senado por abrumadora mayoría absoluta (233 votos a favor, cinco en contra y 20 abstenciones) de la ley de abdicación que la semana pasada respaldó más del 85 por ciento del Congreso de los Diputados.

Antes de sancionar mañana por la tarde esa ley en una breve pero solemne ceremonia con 170 invitados en el Palacio Real -su último acto como rey-, Juan Carlos se despidió hoy junto a la reina Sofía del gobierno, de los parlamentarios y de los poderes judiciales con un almuerzo en el Palacio de La Zarzuela, su residencia oficial.

"La transparencia y la normalidad con que se está llevando a cabo la sucesión en la Corona es la mejor prueba de la solidez de nuestras instituciones y del consenso social en torno a nuestra Constitución y a nuestra democracia", celebró hoy el presidente del gobierno, Mariano Rajoy. "Estamos dando una magnífica imagen ante el mundo y por todo eso creo que los españoles debemos felicitarnos".

Felipe y Letizia, de 46 y 41 años, comenzarán a escribir el jueves como reyes un nuevo capítulo de la Historia de España. Diecisiete días después de que Juan Carlos anunciara su decisión de abdicar, su hijo será proclamado como rey.

Juan Carlos no estará sin embargo presente la ceremonia en el Congreso de los Diputados, que se celebrará sin lujos ni pompa, en línea con la austeridad que requiere la crisis económica, y sin la presencia de invitados extranjeros.

El monarca quiso dejar todo el protagonismo a su hijo, que sí estará arropado por su madre, la reina Sofía. Además de la reina Letizia, junto a él estarán sus hijas, la princesa Leonor, de ocho años y heredera ya del trono español, y la infanta Sofía, de siete.

Juan Carlos y Sofía conservan sus títulos de reyes hasta su muerte. El rey, además, no se jubilará como militar. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, anunció hoy que será capitán general de las Fuerzas Armadas en la reserva. España tendrá así dos capitanes generales de los Ejércitos: Felipe VI y Juan Carlos I.

El nuevo rey fijará el jueves las líneas básicas de su reinado en un discurso en el Congreso de los Diputados que se espera con expectación en una España en la que el desapego ciudadano se extiende a todas las instituciones y en la que la crisis económica ha abierto también una crisis política agudizada con tensiones territoriales como el reto independentista en Cataluña.

Los nuevos reyes recorrerán tras la proclamación varias arterias del centro de Madrid en un Rolls Royce para celebrar el inicio del reinado con los ciudadanos. En otro vehículo similar irán sus hijas.

Luego darán una recepción a 2.000 representantes de la sociedad española en el Palacio Real, donde ya sí estará Juan Carlos: él y la reina Sofía acompañarán a los reyes Felipe y Letizia cuando salgan a saludar al balcón principal acompañados también por sus hijas.

El dispositivo de seguridad que está en marcha desde el lunes lo conforman cerca de 7.000 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Hay acreditados casi un millar de periodistas de 140 medios de 24 países para cubrir los actos.

España vive el primer relevo en el trono de su etapa democrática en medio de la contestación a la monarquía de un sector de la izquierda política y social que reclama en la calle y en el Parlamento un referéndum sobre ella.

Las autoridades prohibieron toda manifestación en el centro de Madrid el día de la proclamación, pese a lo cual se esperan protestas republicanas.

El nuevo rey jurará la Constitución en uniforme militar en el lugar en el que Juan Carlos se convirtió en monarca el 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte del dictador Francisco Franco.

Su padre no será el único que faltará al acto. Tampoco estará su hermana Cristina, imputada en el caso de corrupción que protagoniza su marido y que sumió a la monarquía en una crisis de desprestigio agudizada por errores de Juan Carlos y las operaciones quirúrgicas que lo tuvieron tiempo fuera de juego.

Recuperar el favor de los españoles es de hecho el reto principal al que se enfrenta Felipe. (DPA)