"El Secretario General condena enérgicamente el nuevo ataque atroz de hombres armados no identificados contra civiles en la región de Tahoua, en la República del Níger, el 21 de marzo, en el que, según informes, murieron al menos 137 personas", escribió en un breve comunicado el portavoz de Guterres, Farhan Haq.
Guterres también instó a las autoridades nigerinas a identificar y presentar ante la justicia lo antes posible a los responsables y a proteger a los civiles.
Asimismo, insistió en el apoyo de la ONU al Gobierno de Níger en sus esfuerzos para prevenir y combatir el terrorismo.
Además, instó "a los países del Sahel a continuar sus esfuerzos, en estrecha colaboración con organizaciones regionales y socios internacionales, para abordar estas graves amenazas a la seguridad y la estabilidad en la subregión y más allá".
Según la agencia de la ONU para los refugiados ACNUR, Níger, Burkina Faso y Mali se encuentran en el "epicentro de una de las crisis de desplazamiento y protección de más rápido crecimiento en el mundo".
Aunque no hay reivindicación hasta el momento, todos los observadores coinciden en que la matanza tiene el "sello" de otros ataques perpetrados por los yihadistas, activos en esta zona gracias a que tienen muy cerca sus refugios en el Mali vecino.
La pasada semana, 58 campesinos nigerinos que regresaban de un mercado local de Banibangou, departamento de Ouallam, en la región occidental de Tillabéry, fueron asesinados en otro ataque similar.