El sufrimiento pasa de las trincheras a los mercados en Siria

Detrás del mostrador, Ali Gneid ve cómo la mirada de los clientes se pierde ante los elevados precios de lomos y costillas, mientras tachan de la lista la carne que no se van a poder llevar a casa.

Él sabe de sobra cuál es la situación de los que se acercan a su puesto en el mercado de Bab Srija, en pleno corazón de Damasco, donde la mañana transcurre entre preguntas sobre precios.

"Soy carnicero y no llevo carne a mi casa", reconoce este hombre de 50 años para quien "la cárcel es mejor (que esto), porque al menos hay comida".

TRINCHERAS Y FRIGORÍFICOS VACÍOS

Siria lleva nueve años en guerra. Un conflicto que explotó en medio de las primaveras árabes y que estuvo a punto de tumbar el Gobierno de Bachar al Asad.

La guerra ha sido dura, más de 400,000 personas han muerto según la ONU en estos años, y Al Asad ha recuperado el control de la práctica totalidad del territorio.

Ahora, con solo la provincia de Idlib (noroeste) controlada por la oposición armada -un heterogéneo grupo de facciones plagado de yihadistas-, la perspectiva de un final del conflicto se va acercando, pero el sufrimiento está lejos de terminar.

La ONU estima que un 83 % de los sirios viven bajo el umbral de la pobreza, con menos de 100 dólares al mes.

Y según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), los precios de los productos de la cesta de la compra han subido hasta un 209% respecto al año pasado.

Gneid dice que la subida de los precios, y sobre todo de la carne, que asciende ahora a 20,000 liras sirias (38.9 dólares, al cambio actual) el kilo frente a los 5,000 (9.7 dólares) de años anteriores, se debe al "contrabando" y a las "sanciones y bloqueo contra el pueblo sirio".

El Gobierno insiste en que las razones para la escasez están en las sanciones de Estados Unidos, que en junio aprobó la primera batería de sanciones en el marco de la Ley César, un cuerpo normativo aprobado por Washington con el que se busca cortar ayuda al país en su proceso de reconstrucción.

Kamla, de 60 años, vive "con lo mínimo" gracias una pensión que no supera las 50,000 libras sirias (97 dólares, al cambio actual), mientras se aventura entre los puestos para encontrar una botella de aceite.

"Los precios son desorbitados hoy en día. Dios es el más grande...", se queja la señora, que quiere llevar algo a su hogar en la localidad de Al Sabinah, al suroeste de Damasco.

Hace un año que no se come carne en casa, dice Kamla, una de las pocas personas que acceden a hablar en el mercado, donde el desconsuelo reina en cada puesto ante la inactividad.

Izzat al Shaghuri, de 52 años y propietario de una tienda de alimentos, apunta a Efe que ellos no tienen la culpa: "no hay estabilidad de los precios", ya que está todo "relacionado con el tipo de cambio", apunta.

"Muchos sirios buscan la manera de cocinar sin usar aceite", remacha.

NI CARNE, NI LENTEJAS

El PMA estima que 9.3 millones de los 17 millones de sirios están en situación de inseguridad alimentaria, "la cifra más alta registrada", según la responsable de comunicación de la agencia en Siria, Jessica Lawson.

"Los precios de los productos son más altos que en ningún otro momento durante los 5 años (2006-2010) anteriores a la crisis así como durante los nueve años de guerra (2011- presente)", indica.

Explica a Efe que esto se debe "a una combinación de factores, incluido el conflicto y el estancamiento económico, la crisis de la economía libanesa, (que es) un puente a Siria, y el confinamiento por la COVID-19".

Según los registros del PMA, "los mayores aumentos de precios desde junio de 2019 incluyen artículos básicos en una dieta siria, por lo que es especialmente preocupante", subraya Lawson.

Entre ellos están las lentejas rojas, que han aumentado en un año un 232 %, y la harina de trigo, un 194 %, mientras que una de las mayores subidas se ve en las manzanas, con un incremento del 485 %.

En el último mes, según el PMA, el arroz ha subido un 27 % y el aceite vegetal, un 62 %.

La situación no se puede esconder. El Banco Central sirio devaluó este mes la libra en casi un 44 %, con una caída del tipo de cambio frente al dólar del 78.4 %.

Eso con relación al precio del dólar, que se paga ahora oficialmente al cambio de 1,256 libras. En la calle, la divisa verde se puede vender a 3,000.

El Gobierno sirio ha achacado esta devaluación a las sanciones internacionales, pero el impacto más duro le llega por la grave crisis que sufre el Líbano, un país que ha servido de puerta financiera para los sirios durante estos años y que en marzo pasado se declaró en cesación de pagos de la deuda externa.