Enrique Iglesias, el "homo iberoamericanus", se despide

La Cumbre Iberoamericana de Panamá será una despedida para Enrique Iglesias. El uruguayo, de 83 años, termina su mandato como secretario general iberoamericano. Y el encuentro en la capital panameña será su adiós oficial de los jefes de Estado y de gobierno.

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Enrique Iglesias ha sido el primero en ocupar la jefatura de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), que nació en la Cumbre Iberoamericana de Salamanca, en 2005.

En la cita en el hotel Westin Playa Bonita, Iglesias será cesado después de que en septiembre se cumplieran ocho años de la Cumbre Iberoamericana de Salamanca, en la que fue nombrado oficialmente.

Quedará sin embargo en funciones al menos hasta enero, cuando los ministros de Exteriores nombren sucesor. La decisión se aparca hasta entonces para no opacar los debates de una cumbre que el propio Iglesias define como "la de la renovación" por las transformaciones que se adoptarán en ella.

Iglesias ha sido el primero en ocupar la jefatura de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), que nació en la Cumbre Iberoamericana de Salamanca, en 2005, con el objetivo de otorgar a la comunidad una "voz única" ante otros organismos y regiones y de dar seguimiento, con su sede en Madrid, a los compromisos y proyectos acordados en las citas anuales de los mandatarios.

Hubo consenso en que quien debía ponerse al frente de ella era Iglesias, un hombre de "prestigio internacional" y "amigo de todos", como destacaba el entonces jefe del gobierno español y anfitrión, José Luis Rodríguez Zapatero.

Iglesias mantuvo siempre una actitud equilibrada y crítica, sin casarse con la derecha ni con la izquierda, y sin despertar animadversiones en ninguna. Fue reelegido de hecho sin oposición para un segundo mandato.

"Encarnaba el perfil perfecto de iberoamericano: nació en España, creció en América Latina y ocupó cargos importantes en destacadas instituciones relacionadas con lo iberoamericano. Es prácticamente imposible encontrar otro candidato como él", señalan fuentes diplomáticas a dpa.

Dos nombres suenan mucho como sucesores: el del ex presidente de Chile Ricardo Lagos y el de la ex vicepresidenta de Costa Rica y administradora asociada del PNUD Rebeca Grynsdan. "Lagos no es candidato y lo dirá en Panamá", señalaron a dpa fuentes diplomáticas, que consideran que el nombre con más fuerza para suceder a Iglesias es el de la política y economista costarricense.

Nacido en Asturias, en el norte de España, y naturalizado uruguayo, Iglesias mantuvo siempre un compromiso firme con Iberoamérica. "Es el homo Iberoamericanus", decía de él hace poco el secretario de Estado español para Iberoamérica, Jesús Gracia.

"Yo siempre fui integracionista", dice él de sí mismo, resumiendo una idea con la que lideró la SEGIB en este tiempo. "Integración no para cerrar a América Latina, pero sí para que nos haga más fuertes hacia dentro y hacia fuera".

En las cumbres fue siempre un defensor de la "diplomacia directa", la de los retiros que los líderes iberoamericanos, él incluido, protagonizan a puerta cerrada, sin cámaras. "Darle a la Cumbre la oportunidad para que los presidentes se encuentren a solas y reflexionen es un ejercicio muy saludable".

Para ponerse al frente de la SEGIB, el economista, político y escritor uruguayo dejó en 2005 la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al frente del cual llevaba 17 años. Allí dirigió un cambio de orientación que consistió en dar prioridad a los programas sociales, fortalecer la sociedad civil y mejorar la gobernabilidad.

Abandonar una posición tan asentada para asumir la dirección de un organismo que tardó cierto tiempo en dejar de ser mirado con escepticismo implicaba un riesgo considerable incluso para un veterano de la política iberoamericana como él. Pero no se arrugó nunca ante los desafíos, más bien los buscó siempre.

Fue ministro de Exteriores de Uruguay en el primer gobierno democrático (1985-1988), tras doce años de dictadura; presidente de la conferencia que lanzó la Ronda Uruguay del GATT que dio lugar a la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC); y secretario ejecutivo de la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina (CEPAL) en la difícil etapa de 1972 a 1985.

Cuando se elija a su sucesor al frente de la SEGIB, Iglesias seguirá repartiendo el tiempo entre Madrid y América Latina.

En Montevideo tiene su Fundación Astur, que creó como "integrante de una familia de inmigrantes españoles" y con la que "aspira a contribuir al progreso de la sociedad uruguaya en reconocimiento de lo que generosamente ha recibido de ella". En Madrid mantendrá su vivienda y tendrá una oficina y un puesto de trabajo. Probablemente en el sector privado, avanzan a dpa fuentes cercanas.