España y México ante reto de curar heridas al cumplir 45 años de relaciones

México y España cumplen 45 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas en medio de un esfuerzo para acercar posiciones tras los ataques del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a empresas españolas y su propuesta de "pausar" las relaciones bilaterales.

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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, habla el 31 de enero de 2019 durante una rueda de prensa en Ciudad de México (México). EFE/Mario Guzmán

La reanudación formal de las relaciones entre las dos naciones, un verdadero hito en la España de la Transición, se produjo el 28 de marzo de 1977 con la firma de un documento en un hotel de París tras 38 años de ruptura motivada por la Guerra Civil española y su desenlace, con la victoria del bando franquista, al que México se oponía pues había apoyado a la República.

Desde entonces, la relación México-España ha crecido a todos los niveles; comercial, cultural y social, con la llegada de miles de empresas y decenas de miles de personas de un país al otro.

"Cuando se formalizan las relaciones entre México y el Reino de España en 1977 viene un 'boom', una bonanza que nos lleva hasta nuestros días", dijo hoy a Efe Mario Ojeda Revah, profesor-investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM.

El autor del libro "México y la Guerra Civil española" puntualizó que México siguió reconociendo a la Segunda República española en el exilio y lamentó que pese a los indudable lazos históricos haya un "resurgimiento de la hispanofobia alentada desde la presidencia de México".

EL PERDON QUE NUNCA LLEGÓ

El Gobierno español y el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), empezaron con buen pie. De hecho, el socialista Pedro Sánchez fue el primer líder extranjero en reunirse con él en enero de 2019.

Pero apenas unos meses después, en marzo de 2019, López Obrador pidió por carta al rey de España, Felipe VI, y al papa Francisco disculpas por los abusos cometidos durante la conquista, 500 años atrás.

Se abrió una primera brecha en las relaciones, que se suturó parcialmente con el homenaje a los 80 años del exilio republicano en México.

El perdón nunca llegó. "Nosotros hemos sido muy transparentes desde el principio: España ha tenido a lo largo de su historia una mirada reflexiva, una mirada crítica y no ha esperado 500 años a tenerla, la ha tenido a lo largo de su historia", dijo en noviembre de 2020 la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.

Para los expertos consultados por Efe la petición de perdón busca, más que nada, reforzar el discurso nacionalista de López Obrador.

"Se perpetúa esta imagen del mexicano como víctima porque esto implica evadir una responsabilidad histórica", dijo a Efe la profesora de Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey, Gabriela de la Paz.

"Es como si España le pidiera a Italia perdón por la invasión romana. Como si fuera una afrenta y no un legado. Somos pueblos mestizos. Nosotros descendemos (...) tanto de mayas como de andaluces", agregó Ojeda Revah, que calificó la petición de "ridícula" y vio en el "silencio" de España la "mejor respuesta".

EMPRESAS ESPAÑOLAS BLANCO DE ATAQUES

La relación México-España ha sido muy fructífera desde hace décadas. Hoy México cuenta con alrededor de 7.000 empresas con capital español, algunas tan conocidas como los bancos BBVA y Santander o las eléctricas Iberdrola y Acciona.

España es el segundo inversor extranjero en México con 76.000 millones de dólares acumulados hasta el cierre del tercer trimestre de 2021, lo que representa el 12 % de la inversión extranjera directa (IED) de México.

Como defensor de la "soberanía" nacional y partidario de "desterrar" la corrupción, López Obrador ha utilizado escándalos como el que involucró a la constructora OHL en México (hoy llamada Aleatica) en gobiernos anteriores para defender su proyecto de país.

Y así acusar a algunas empresas, sobre todo en el sector energético, de llevar a cabo una "segunda conquista" española de México.

Los continuos ataques tienen en vilo al sector empresarial, especialmente por la propuesta de reforma eléctrica del mandatario mexicano -que se discute estos días en el Legislativo- y busca limitar la participación privada.

"Creo que es todavía prematuro porque es muy reciente pero sí puede desincentivar que muchas empresas se instalen porque hay un clima hostil", opinó Ojeda Revah, quien no obstante recordó también que hay casos de empresas españolas que han cometido "abusos" en América Latina.

LA TEMIBLE "PAUSA"

A principio de febrero, López Obrador sorprendió al proponer una "pausa" en las relaciones de México con España.

Aunque luego matizó sus palabras y descartó una "ruptura", insistió en que la pausa debía darse con ciertas empresas y el "influyentismo" del pasado.

"Esto sería catastrófico porque finalmente la relación diplomática siempre se ha manejado sin sobresaltos y sin problemas", dijo De la Paz, quien atribuyó los continuos choques de López Obrador con España a uno de los varios "chivos expiatorios" que utiliza el mandatario para escapar de polémicas locales.

"España es nuestro puente hacia Europa, y si dinamitamos este puente (...) nos estamos disparando al pie", agregó Ojeda Revah.

Con el afán de zanjar esta polémica, a principios de marzo el actual ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea (UE) y Cooperación de España, José Manuel Albares, visitó México y apostó por "acelerar" las relaciones.

Además, se firmaron cuatro acuerdos en materia política, feminista y de cooperación científica y cultural.

En un tono algo más duro, Albares también rechazó "las declaraciones infundadas" del presidente mexicano contra las empresas españolas.

"Espero que eso no empañe la otra parte (positiva) del discurso del presidente de México", declaró.

En este contexto, la próxima llegada a España del nuevo embajador mexicano, Quirino Ordaz, ha despertado suspicacias.

López Obrador le pidió "trabajar fuerte" con España, pero analistas consideraron que el político no tiene experiencia en diplomacia, por lo que puede convertirse en un mero emisario del presidente.