Europol: La radicalización "online" puede saltar a la vida real tras la pandemia

El terrorismo de radicales, de izquierdas y de derechas, y de yihadistas, “usa la pandemia para vender su mensaje” en una Europa confinada y expuesta al extremismo en la red, una radicalización que podría tener “un impacto después de la pandemia” en la vida real, alerta en una entrevista con Efe la directora de Europol, Catherine De Bolle.

“Lo que podemos decir y ver es que todos estos grupos, extremistas, terroristas, están también encerrados en casa, sujetos a las medidas de prevención. Se puede decir que tuvieron dificultades para encontrar lugares de entrenamiento, identificar posibles blancos adecuados o actuar, porque no podían salir de casa”, celebra De Bolle.

La directora de la agencia de coordinación policial de la Unión Europea (UE) desde mayo de 2018 recordó, no obstante, que se registraron varios atentados terroristas inspirados en la ideología yihadista a finales del año pasado, como los de Viena o Francia.

En el caso de Francia, se produjo un ataque en la Basílica de Notre Dame de Niza y la decapitación del profesor Samuel Paty en la periferia de Paris tras mostrar a sus alumnos unas caricaturas del profeta Mahoma.

El panorama actual es de “una exposición mayor en la red”, lo que hace a las autoridades europeas temer que “después de la pandemia tengamos un impacto, porque mucha gente, también personas vulnerables, están conectadas, están delante de su ordenador, y reciben este vocabulario de extrema derecha, extrema izquierda, yihadista, lo asimilarán y es posible que hagan algo con él después” de la emergencia sanitaria actual, advierte.

“Creemos que tendremos el impacto después de la pandemia”, sentencia.

Estos grupos, añade, “hacen un mal uso de la pandemia para vender su mensaje” y “fortalecer su ideología” difundiéndola por internet.

“Los terroristas yihadistas dicen que es un castigo de Dios para los no creyentes, y los de extrema derecha nos dicen que la propagación de la pandemia se debe a la entrada de minorías y refugiados en la UE”, resume.

MANDATO EUROPEO

Para Europol, con sede en La Haya, la cooperación policial es su columna vertebral. Además de Estados Unidos y Sudamérica, tiene contacto con Nueva Zelanda, tras el tiroteo terrorista contra una mezquita en Christchurch en marzo de 2019. “Es muy importante intercambiar información también nosotros con ellos, y tener el mismo nivel de intercambio de datos en suelo europeo”, explica.

El pasado diciembre, la Comisión Europea propuso un paquete de medidas para reforzar la seguridad de infraestructuras críticas de la UE, que incluyen acciones para detectar nuevas amenazas y riesgos, combatir la radicalización y el terrorismo; proteger a personas y infraestructuras, en particular los espacios públicos; y dar un mayor papel a Europol.

De Bolle explica que una de esas ideas es “fortalecer la cooperación y el intercambio de información con terceros países porque, por ejemplo, los países de la región MENA son realmente importantes para luchar contra el terrorismo”, pero en este momento, es “difícil” trabajar con ellos porque “no hay posibilidad de intercambio de datos operativos”, lamenta.

La también ex comisionada en jefe de la policía federal belga señala que una de las tareas clave de Europol es la recogida de evidencias para su uso en investigaciones penales a través de la Unidad de Referencia de Internet (IRU, en inglés), que nació en 2015 para detectar e investigar la radicalización en internet y en las redes sociales, donde los grupos radicales reclutan seguidores y promueven o glorifican actos terroristas.

“Analizamos el discurso de odio y el contenido terrorista en línea, y luego se lo remitimos a la plataforma de proveedores para que puedan quitarlo de la red”, garantiza.

PODERES ADICIONALES

En su propuesta, Bruselas también hizo un “reconocimiento del papel clave de Europol en la lucha contra el terrorismo”, señala De Bolle, que añade que, en la UE, hay un “enorme aumento de las relaciones entre las autoridades policiales con respecto al intercambio de información relacionada con el terrorismo, lo cual es muy importante”.

La directora ejecutiva de la organización asegura que el foco de la UE es que “hay que seguirle el rastro al dinero, también para los casos de terrorismo”, lo que convierte en un punto de “suma importancia” la cooperación internacional en materia de investigaciones financieras para perseguir los delitos “graves y organizados, y también el terrorismo”.

La propuesta de Bruselas para “fortalecer el mandato” de Europol hace hincapié en la posibilidad de esta agencia de “seguir procesando paquetes de datos complejos” porque esta organización recibe “mucha información” de los Estados miembros que debe procesar y contestar con “pistas que puedan usar para sus investigaciones”.

Otro de los retos para el que se requiere la cooperación y el intercambio de datos es mantenerse al día sobre los avances tecnológicos a nivel europeo y mundial “para aprender cómo pueden los delincuentes usar las nuevas tecnologías y cuáles son los nuevos desafíos” para la comunidad policial, que tendrá que aprender a abordar desafíos que se desarrollan a un ritmo muy rápido.

La propuesta de la Comisión sobre el futuro de Europol aún debe ser discutida con los países miembros y con el Parlamento Europeo, pero “lo básico sigue siendo lo mismo”, promete De Bolle: “Los datos permanecen en manos y bajo la autoridad de los Estados miembros. Siempre estamos en un rol de apoyo, ayudamos, agregamos valor, intentamos encontrar pistas y damos la perspectiva europea a nuestros estados miembros”, concluye.