Esta cuestión debe convertirse en una "prioridad nacional" en los países, según defiende en su informe final el Panel de Alto Nivel sobre los Desplazamientos Internos, un grupo de trabajo convocado en 2019 por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
"Como parte de su deber soberano, los Estados tienen la responsabilidad primordial de apoyar a sus ciudadanos y residentes desplazados para poner fin a su desplazamiento", señala el documento, que propone toda una serie de acciones para dar respuesta a lo que considera una "crisis a escala mundial".
Entre otras cosas, los expertos piden a los gobiernos estrategias nacionales para proteger a los desplazados y para ofrecerles más oportunidades, y defienden un papel más activo del sector privado, por ejemplo aumentando la oferta de empleo a personas en estas situaciones y apoyando su acceso a vivienda.
A nivel internacional, el texto propone crear un fondo global para financiar soluciones para los desplazados y pide a los donantes trabajar de forma más estrecha con las autoridades locales y organizaciones de la sociedad civil.
En paralelo, reclaman a la ONU un refuerzo de su trabajo en este ámbito, con el nombramiento de un representante especial que se encargue de cooperar con los Estados miembros.
Guterres, en la presentación del informe, destacó que la situación de los desplazados internos es "mucho más compleja" que la de los refugiados, pues el primer grupo no está cubierto por normas internacionales que sí protegen a quienes se ven obligados a huir a otros países.
La exjefa de la diplomacia europea Federica Mogherini, copresidenta del panel, destacó que son necesarias medidas urgentes en un momento en el que el número de desplazados internos no deja de crecer.
"Dado el actual estado de los conflictos y la trayectoria de la urbanización y el cambio climático, el momento de actuar es ahora. Mantener el statu quo no es una opción", subrayó la diplomática italiana.