Finlandia empuja a Suecia a un posible ingreso en la OTAN

El acercamiento de Finlandia a la OTAN, que podría consumar su ingreso en junio, ha arrastrado a Suecia, que ha pasado en unas semanas de ver improbable una hipotética entrada en la Alianza a ser una opción cada vez más realista.

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EFE/EPA/PAUL WENNERHOLM/Archivo

Hace apena un mes, cuando la guerra entre Ucrania y Rusia llevaba ya dos semanas, la primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, defendía la condición de Suecia como país asociado a la OTAN pero no miembro y consideraba que un posible ingreso contribuiría a "desestabilizar" más la situación.

Aunque las encuestas daban por primera vez mayoría a los defensores de entrar en la Alianza, tanto los socialdemócratas, el partido con más escaños, como el ultraderechista Demócratas de Suecia (SD), tercera fuerza parlamentaria, se oponían al ingreso.

Pero la rapidez con que se han precipitado los acontecimientos en la vecina Finlandia, donde se especula ya con una entrada antes de la cumbre de junio en Madrid, ha sacudido el debate sueco.

GIRO SOCIALDEMÓCRATA Y DE LA ULTRADERECHA

La dirección socialdemócrata anunció a principios de esta semana la apertura de una discusión interna para estudiar la nueva situación de seguridad, objeto también de un análisis entre todas las fuerzas parlamentarias, que deben de consensuar un documento antes de finales de mayo.

El líder del SD, Jimmie Åkesson, sorprendió también hace unos días al mostrarse partidario de entrar en la OTAN si así lo hace Finlandia, posición apoyada por la cúpula de un partido que hasta hace poco era contrario a la Alianza.

El giro del SD daría mayoría a los partidarios del ingreso en la Cámara y aumentaría aún más la presión sobre los socialdemócratas.

El líder opositor, el conservador Ulf Kristersson, anunció ya hace semanas que si el bloque de derecha gana las elecciones legislativas de septiembre, presentará una solicitud de entrada en la OTAN, independientemente de la postura socialdemócrata.

Kristersson sostiene que basta una mayoría simple para hacerlo y no los tres cuartos de la Cámara, como afirman los socialdemócratas, que aluden a un informe parlamentario anterior sobre la Alianza, aunque la cuestión no está clara.

Andersson había insinuado un cambio de postura a finales de marzo al señalar en una entrevista que no excluía un hipotético ingreso y que si el informe parlamentario concluía que era lo más conveniente, podría modificar su posición.

Al anunciar la apertura de un proceso interno, la dirección del partido siguió esa línea, resaltando en un comunicado que hay una nueva situación en Europa después del 24 de febrero y que esta podría tener "consecuencias" en política de seguridad, a pesar de que el congreso socialdemócrata rechazó en noviembre ingresar en la OTAN.

Esas palabras han sido interpretadas por medios y analistas como un primer paso hacia un cambio de postura, aunque ningún peso pesado del partido se ha pronunciado abiertamente a favor de entrar en la Alianza.

Así, el liberal Dagens Nyheter, principal diario sueco, lo dio por hecho en un reciente editorial, mientras el conservador Svenska Dagbladet aseguró esta semana, citando fuentes del partido sin identificar, que la cúpula socialdemócrata ya lo ha decidido.

"Debemos analizar la situación para ver qué es lo mejor para la seguridad de Suecia y del pueblo sueco, y no hay que apresurarse. Hay que hacerlo de forma muy seria y minuciosa", contestó a las especulaciones Andersson durante la visita a Estocolmo de su homóloga finlandesa, Sanna Marin.

CAMBIOS EN LA POLÍTICA DE SEGURIDAD SUECA

Un hipotético ingreso coronaría un cambio en la política de defensa sueca iniciado hace ocho años, después de la anexión rusa de Crimea y de la detección de un supuesto submarino extranjero en Estocolmo, episodio nunca aclarado que Suecia atribuyó inicialmente a Rusia sin mencionarla directamente y sin pruebas sólidas.

Desde entonces, Suecia ha reimplantado el servicio militar, aumentado el presupuesto de Defensa, realizado las mayores maniobras militares en 24 años y establecido de nuevo un destacamento permanente en la isla báltica de Gotland.

El estallido del conflicto abierto entre Rusia y Ucrania provocó además que Suecia rompiera una tradición de ocho décadas de no mandar armas a países en conflicto con dos envíos a Kiev.

Las especulaciones sobre un hipotético ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN han provocado también la reacción rusa: el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, amenazó ayer con el despliegue de armas nucleares en el Báltico para "restablecer el equilibrio".