François Hollande, "el señor de los chistecitos", incomoda a Argelia

Al presidente francés François Hollande se le atribuye rapidez para las respuestas y cierta inclinación a la ironía. Muchas de sus presentaciones se ven "adornadas" por bromas y en las conferencias de prensa y rondas de preguntas suele hacer comentarios y observaciones graciosas. Sin embargo, dependiendo de quién es el interlocutor, los chascarrillos son tomados con humor o con menos gracia.

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El presidente francés, François Hollande.

Es por eso que el ministro del Exterior Laurent Fabius ya apodó a su presidente "monsieur petites blagues", es decir, "el señor de los chistecitos". Sin embargo, más allá del Palacio del Elíseo, algunas expresiones irónicas del jefe de Estado de 59 años son vistas con menos simpatía. Sus juegos de palabras han causado incluso alguna irritación diplomática.

La víctima más reciente es Argelia. Ante el consejo de instituciones judías en Francia, Hollande saludó al ministro de Interior Manuel Valls, recién regresado de Argelia, con las palabras: "Sano y salvo, eso ya es mucho". La frase no cayó bien en el país norafricano, al punto que Hollande tuvo que disculparse este domingo.

El ministro del Exterior argelino, Ramtane Lamamra, habló de un "incidente lamentable" y esperó que 2014 signifique "un nuevo capítulo" en la relación entre los dos países, que tienen tras de sí un pasado teñido por el dominio colonial francés.

Los comentarios de Hollande se producen muchas veces ante preguntas ante las que no puede o no quiere decir mucho. Cuando le preguntaron por la sucesión papal tras la renuncia de Benedicto XVI, respondió: "Debemos dejarle a la Iglesia católica la organización de la sucesión...además, nosotros también presentaremos un candidato".

En el marco del escándalo por las cuentas no declaradas del ministro de Presupuesto Jérôme Cahuzac, que se vio obligado a renunciar, el presidente respondió ante un foro de mujeres que el gabinete, en principio paritario, contaba ahora con una mayoría femenina. "¡Aunque no era ése el objetivo!", agregó.

Cuando le preguntaron en Argelia sobre la venta de la alguna vez marca argelina Orangina a Japón, Hollande reconoció saber poco sobre la adquisición. Añadió que durante la siguiente visita gubernamental a Tokio iba a ver qué podía hacer con el tema de bebidas frutales, y que luego "iba a agitar fuerte (la botella)".

Durante una feria de agricultura, Hollande le preguntó a un grupo de niños qué percepción tenían de la realidad más allá de la televisión. Un niño dijo que nunca había visto a Nicolas Sarkozy, el antecesor de Hollande, poco apreciado por el socialista. Hollande le respondió con una sonrisa: "Bueno, tampoco creo que vuelvas a verlo".

En medio de una tormenta, el presidente del país, que atraviesa importantes problemas económicos, afirmó: "Gobernar es como llover. Visto así, tenemos éxito más allá de nuestras expectativas". A su vez, durante la presentación de un vehículo deportivo en Mónaco, Hollande se enteró en presencia del príncipe de que el vehículo se llamaba Volage, palabra que también se emplea como sinónimo de "mariposón". "Sin embargo esto no es así porque lo maneja el príncipe", dijo Hollande a Alberto II, padre de dos hijos extramatrimoniales, quien rió con la broma.

Incluso en situaciones complicadas, Hollande apuesta por el humor. En medio de la grave crisis siria, el presidente ruso Vladimir Putin afirmó que las diferencias con Francia podían solucionarse quizá con un buen vino o vodka. Cuando Putin dijo al final de la conferencia de prensa conjunta que iban a seguir pensando, Hollande bromeó: "Gracias a una botella de vino de Oporto".